Las advertencias de los críticos del TLC se han confirmado. El país ha experimentado un aumento del déficit comercial, pérdida de producción nacional y limitación de la capacidad del Estado para promover el desarrollo.
Un reciente informe del Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo) sobre el balance del TLC de Colombia con los Estados Unidos muestra que, tras doce años de vigencia del TLC entre Colombia y Estados Unidos, es evidente que los resultados han sido negativos y, en algunos casos, desastrosos para la producción nacional.
A pesar de las promesas de crecimiento económico y desarrollo, el país ha visto profundizar su dependencia económica y ha enfrentado múltiples dificultades que afectan su capacidad productiva y comercial. El gran ganador en este tratado ha sido Estados Unidos, cómo dice el vallenato de Hernando Marín, “La ley del embudo, lo ancho pa’ USA y lo angosto pa’ Colombia.” (sn)
Impacto en el comercio exterior
El TLC no ha logrado que Colombia mejore su posición en el comercio mundial. En las últimas dos décadas, el comercio entre Colombia y Estados Unidos ha representado un tercio de las exportaciones y un cuarto de las importaciones de Colombia. Sin embargo, el porcentaje de exportaciones colombianas hacia Estados Unidos disminuyó del 40% (2000-2011) al 29% (2012-2023), mientras que las importaciones de productos estadounidenses también mostraron una ligera reducción.
Desde 2014, la balanza comercial de Colombia con Estados Unidos se ha vuelto deficitaria en USD $2.100 millones para 2023. El déficit acumulado entre 2014 y 2023 es de USD $23.630 millones. Además, la participación de Colombia en las exportaciones mundiales ha regresado al nivel de hace dos décadas, mientras que países sin TLC con Estados Unidos, como Brasil y Argentina, han mejorado su posición.
Estructura de las exportaciones e importaciones
Las exportaciones colombianas a Estados Unidos siguen dominadas por productos mineros, mientras que las importaciones son principalmente manufactureras. Antes del TLC, los principales productos exportados eran petróleo, flores, carbón y oro. Después del TLC, aunque ha habido ligeros cambios, persiste la concentración en los cuatro productos, todos de bajo valor agregado.
Las importaciones colombianas incluyen derivados del petróleo, productos químicos, cereales, maquinaria y productos farmacéuticos, lo que refleja una dependencia en insumos básicos y bienes de alto valor agregado. La caída en la importación de bienes de capital, como maquinaria, ha sido notable, reduciéndose en un 54,8% desde 2012, lo que afecta negativamente la productividad industrial del país.
Soberanía alimentaria en riesgo
El comercio agrícola bajo el TLC ha reforzado la dependencia de Colombia de las importaciones de granos y cereales básicos, poniendo en peligro la soberanía alimentaria. Desde la implementación del TLC, el déficit en alimentos esenciales ha aumentado de manera importante, con importaciones masivas de maíz amarillo, trigo y soya desde Estados Unidos, desplazando la producción nacional de estos cultivos.
La producción interna de maíz ha disminuido, mientras que la de trigo es casi nula y la de soya es insignificante en comparación con el volumen de importaciones.
En un reciente evento, el Dr. José Manuel Álvarez, Profesor y Director del Departamento de Derecho Económico de la Universidad Externado de Colombia y autor del libro Revisión de los TLC en Colombia, se refirió a la problemática de la soberanía alimentaria, agravada por el TLC.
Sobre los subsidios agrícolas de los países desarrollados, comentó que han aumentado de 360 mil millones de dólares anuales al momento de la negociación del TLC a 800 mil millones de dólares hoy. El sector agrícola colombiano no puede competir en igualdad de condiciones y ve afectada gravemente su capacidad de resistir a largo plazo.
Álvarez resaltó el impacto negativo en el sector agrícola colombiano, indicando que “las importaciones en el sector agrícola crecieron muchísimo. La capacidad de nuestro sector agrícola para resistir estos subsidios a largo plazo es muy baja, lo que compromete la soberanía alimentaria del país”.
Concentración empresarial y limitada inversión
Un aspecto crítico del TLC es que ha beneficiado principalmente a un pequeño grupo de empresas. Menos de tres mil empresas realizan operaciones comerciales relevantes con Estados Unidos. Un número tan reducido de beneficiarios destaca la limitada distribución de los beneficios del TLC entre el sector empresarial colombiano.
La inversión extranjera directa (IED) desde Estados Unidos ha mostrado estabilidad, pero no ha obtenido el crecimiento esperado. Desde 2013, la IED se ha mantenido alrededor de los USD $2.350 millones, con algunas caídas, y solo en 2022 y 2023 se observó un incremento. Esto indica que el TLC no ha sido un factor determinante en la atracción de inversiones significativas.
Problemas legales y restricciones gubernamentales
José Manuel Álvarez también se refirió a cómo la política de apertura comercial y la firma de múltiples TLC han reducido el espacio regulatorio del Estado para manejar la política comercial e industrial. Según él, “estas negociaciones han limitado la capacidad del Estado para promover el desarrollo y manejar la política comercial e industrial, lo que ha tenido un impacto notable en la economía colombiana”.
Impacto en el sector de medicamentos
El Dr. Álvarez también abordó el impacto del TLC en el sector farmacéutico. Colombia se comprometió a fortalecer el sistema de patentes, otorgando más protecciones a productos farmacéuticos extranjeros, lo que ha encarecido considerablemente los medicamentos. Según Álvarez, “Colombia se comprometió a otorgar más patentes y proteger los datos de prueba por cinco años en el sector farmacéutico y por diez años en el sector agroquímico. Esto ha resultado en un aumento importante en el precio de los medicamentos, transfiriendo grandes cantidades de recursos de los colombianos a la industria farmacéutica multinacional”.
Es necesario renegociar el TLC
El balance de doce años del TLC con Estados Unidos muestra que, para Colombia, los resultados han sido mayoritariamente negativos. Las expectativas de crecimiento económico, diversificación productiva y aumento de inversiones no se han cumplido. En cambio, el país ha visto profundizar su dependencia de las importaciones estadounidenses, un aumento del déficit comercial y una fuerte reducción en la producción nacional.
Es necesario que Colombia plantee seriamente la posibilidad de renegociar el TLC con Estados Unidos y adopte estrategias para fomentar un verdadero desarrollo de los sectores industrial, agropecuario, minero y de servicios que sea a la vez equitativo y sostenible. Urge recuperar la soberanía económica. Esto implica políticas que incentiven la inversión en infraestructura, tecnología, investigación y desarrollo, permitiendo a las empresas innovar y diversificar sus productos. Solo así se podrá reducir la dependencia económica y fortalecer la posición de Colombia en el comercio internacional.
Gustavo Petro prometió durante la campaña a la presidencia la renegociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y una vez ganó las elecciones se burló de sus electores. Ahora, sus ministros de comercio exterior niegan la necesidad de la renegociación del TLC y la adopción de medidas de protección para la producción nacional que cada día está más debilitada.