Los santandereanos volverán a marchar por el agua y por el Páramo de Santurbán. Protestan contra el proyecto que tiende a conceder licencia a dos multinacionales para explotar el oro en Santurbán. Le exigen al gobierno de Gustavo Petro declarar el páramo zona de reserva y poner en marcha un plan de reconversión productiva para los pobladores de la región afectada.
El Páramo de Santurbán sigue amenazado
Desde hace más de diez años, el Páramo de Santurbán enfrenta la amenaza de ser destruido por las grandes multinacionales mineras. Aunque la lucha de los habitantes de Bucaramanga y otros municipios de Santander y Norte de Santander lograron victorias importantes, la amenaza sobre el páramo no ha desaparecido.
Hoy desde las 2:00 p.m., la Puerta del Sol en Bucaramanga será el punto de partida de miles de santandereanos que, con el apoyo de la opinión democrática del país, tomarán las calles para desfilar unidos bajo la consigna “nuestro oro es el agua”, como lo han hecho desde hace más de diez años.
Yenni Mariño, integrante del Comité para la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán, destacó la importancia de mantener la atención sobre el tema: «Muchas personas del país se han unido a la causa de Santurbán y preguntan por qué volvemos a hablar de este tema y la razón de la movilización de hoy, en pleno gobierno de Petro», explicó.
¿Por qué vuelven las marchas?
Los santandereanos salimos hoy a defender el agua y el ecosistema del páramo de Santurbán, que provee del líquido vital a dos millones de personas que habitan en su área de influencia. Protestamos contra el proyecto de minería Soto Norte que dos multinacionales asociadas pretenden imponer con ardides y artimañas, como en el pasado lo intentaron otras. Son ellas Aris Mining y Minesa, la primera canadiense y la segunda con sede en los Emiratos Árabes Unidos. La licencia, de ser concedida por el gobierno nacional, ocasionaría graves e irreparables daños a los acuíferos que hacen posible la fábrica de agua del páramo de Santurbán, como también a su fauna y flora.
La marcha busca alertar a la ciudadanía sobre las maniobras de las multinacionales que, a pesar de los esfuerzos previos, han encontrado nuevas formas de presentar el proyecto minero, como es el caso de la multinacional Aris Mining Colombia, que adquirió parte del Soto Norte.
La estrategia de vender el proyecto y presentarlo como de mediana minería permite evadir controles más estrictos y facilita la obtención de permisos regionales, algo que preocupa profundamente a la comunidad. «La estrategia de las multinacionales de cambiar de nombre no es nueva; ya se ha visto antes con empresas como EcoOro y Anglogold Ashanti, que también buscaban presentarse de forma más amigable, ocultando su verdadero propósito,» añadió Mariño.
Peligro ambiental inminente
Aris Mining Colombia, dueña también de los proyectos de Marmato (Caldas) y Segovia (Antioquia), desarrolla una mina de oro, plata y cobre que está en etapa de factibilidad y permisos ambientales. En la formulación inicial del proyecto Soto Norte de Minesa, uno de los más grandes del mundo, se contempla producir 9 millones de onzas de oro durante una vida útil de 20 años.
Según todos los estudios de expertos independientes, la construcción de los túneles subterráneos proyectados afectaría de manera irreparable los acuíferos que proveen de agua a los nacimientos y ríos fuentes principales de los acueductos del gran Santander. Aparte de los daños ambientales que ocasionaría el depósito de residuos mineros tóxicos en todo el ecosistema del macizo del páramo de Santurbán.
Una leguleyada
Aris Mining, prevalida del D. L. 2250 de julio de 2022, que posibilita a las multinacionales hacer la formalización minera a pequeños y medianos mineros, logró que la Agencia Nacional Minera aprobara el proyecto denominado Calimineros en el área de páramo. La multinacional se ahorró requisitos de ley, porque presentó el proyecto como de mediana minería, que debe ser licenciado por la CDMB, la autoridad ambiental regional, más dispuesta al poder de influencia de la multinacional. Así lo hará igualmente con otros proyectos para dividir y engañar a la comunidad de la zona, mineros que a la postre tendrán que subcontratar con el proyecto minero de las trasnacionales.
Que el gobierno cumpla con su promesa
Por estas razones, el Comité por la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán ha convocado a volver a las calles para exigir al gobierno que, dando cumplimiento a la promesa de campaña, proteja el derecho colectivo al medio ambiente y expulse a las multinacionales del páramo. Reclaman que el ecosistema sea declarado zona de reserva especial, como lo establecen el Decreto 444 de 2024, la Constitución Política y el Consejo de Estado, y piden que el gobierno formule un plan de desarrollo económico especial y presente alternativas productivas para la zona minera de la región.
Mariño también se refirió a la importancia que tiene esta movilización en Bucaramanga, ya que la Alcaldía decretó tarde cívica para que la población participe activamente. «Es alarmante ver cómo las multinacionales se aprovechan de vacíos legales y tratados de libre comercio para imponer sus proyectos,» dijo, señalando la necesidad de un compromiso firme por parte del gobierno para proteger los ecosistemas vitales para el suministro de agua en Santander.
El valor civil del Comité
Desde su fundación entre 2009 y 2010, el Comité para la Defensa del Agua y del Páramo de Santurbán ha tenido claro su propósito de unir a la comunidad para proteger el páramo y evitar que estas empresas continúen avanzando. «Nos organizamos para enfrentar esta amenaza, y la movilización es una forma de recordar a todos que la defensa del agua y del páramo de Santurbán sigue vigente.» Por eso, la demanda de hoy será clara: exigirle al gobierno de Gustavo Petro la aprobación del Decreto 444 del 2024, que permitiría declarar una Zona de Reserva para Santurbán, limitando así la concesión de nuevos títulos mineros en áreas sensibles.
Hoy, la cita será en la Puerta del Sol, Bucaramanga, desde donde los manifestantes se dirigirán a la Plaza Luis Carlos, acompañados de música y arte, buscando no solo protestar, sino también celebrar la unidad en defensa del agua. Yenni Mariño concluyó resaltando el valor civil del comité y su capacidad de colaboración con diversos sectores, desde estudiantes hasta empresarios, lo que ha sido clave para mantener viva la causa.