El Caribe colombiano sufre tarifas de energía elevadas, mientras el presidente Gustavo Petro culpa al sistema sin tomar medidas concretas para reducirlas. A pesar de su discurso contra las generadoras privadas, su Gobierno mantiene la regulación que permite costos excesivos, afectando los hogares y favoreciendo al capital financiero internacional.
Hay dos temas que desvelan a los habitantes del Caribe colombiano, cuya solución fue prometida, en ambos casos, por la campaña electoral de Gustavo Petro, a quien, por su decisiva participación, convirtieron en el presidente de la Nación. Se trata de la salud y la energía eléctrica, que desbordan los presupuestos de sus hogares. El caso de la salud es de ámbito nacional, con una atención cada vez más deteriorada, especialmente en las EPS intervenidas por el Gobierno. ¡Qué ironía, cuando prometió resolverlo! En la energía eléctrica, a los caribeños les han venido encareciendo las tarifas de manera discriminatoria desde hace varios años. No se justifica que un hogar en barrios de estrato tres en esa Costa paguen quinientos mil pesos mensuales, mientras en el resto del país, menos de doscientos mil pesos. Esto agobia y no deja dormir a nadie.
“Hoy puedo decir con toda propiedad que las tarifas de energía eléctrica que en este momento se están cobrando a cada familia y a cada empresa son ilegales”, afirmó el presidente Gustavo Petro en la marcha que se auto-convocó el pasado 30 de enero de 2025 en Barranquilla. Explicó que “la fórmula que se ha venido aplicando para fijar las tarifas viene desde hace 30 años, pues es aprobada por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), una instancia de comisionados que nombra el presidente, pero que vienen de las generadoras privadas… esa fórmula ha estado amañada a los grandes intereses de quienes viven y amasan enormes fortunas anuales de la generación, la transmisión, la distribución y la comercialización de la energía eléctrica en Colombia”. ¡Pareciera que solucionaría el agobio de la población!
La corrupción en el gobierno de Petro se disparó
La corrupción en el gobierno de Petro sigue en alza, su círculo cercano enfrenta investigaciones por desvío de fondos y financiación irregular.
¡Pero qué va! El Presidente lleva casi tres años gobernando, y él reconoce que es quien nombra a los comisionados de Energía y no ha designado a todos, por táctica política para no cumplir al pueblo caribeño o por incapacidad; en ambos casos es muy grave. Entonces, como Pilatos “se lava las manos”, mantiene las onerosas tarifas, pero sí le cumple al capital financiero transnacional, y al FMI, BM y LA OCDE, con quienes y para quien realmente gobierna el “alternativo” Petro. Por eso se “pasa por la faja” la sentencia del Tribunal Administrativo del Atlántico que lo obliga a derogar los costos arbitrarios que cobran en la factura y hace demagogia y populismo baratos diciendo que le pone tope al valor del KW generado con carbón puesto en bolsa, cuando eso solo representa cerca del 10% de la energía transada, sin mayor impacto en la factura. Cumplirle a ese capital financiero es la verdad de fondo que se esconde detrás de la voluntad política de Petro para no bajar las tarifas de energía, pues él tiene todo el Poder del Estado.
“¡Da cola!”, dicen los costeños al ver el papel “rodillón” de algunos dirigentes sociales, que se prestaron para auto-convocarle una marcha, para que Petro haga populismo y se ufane culpando a diestra y siniestra, engañando, cuando a su Gobierno le quedó grande, o no quiso cumplir a los caribeños con la rebaja de tarifas; prefiere gobernar para “los mismos con las mismas”. Si se quiere ejemplos de lo que es la demagogia populista, ahí tienen este de carne y hueso, que le cuesta a la población sangre, sudor y lágrimas. Ahí está la razón por la cual la Liga Nacional de Usuarios de Servicios Públicos no se prestó para tamaño engaño a la población, aunque hoy soporte la ofensiva descalificadora de las bodegas en redes sociales, pagadas por el Gobierno petrista, para lo cual si tiene plata. ¡La historia y el pueblo juzgarán con el tiempo!