Natalia Hernández

Natalia Hernández

Administradora Pública, Consejera de juventud en la localidad de Usme

81 de cada 100 jóvenes sueñan con emigrar de Colombia.

Feb 11, 2025 | Puntos de vista

81 de cada 100 jóvenes sueñan con emigrar de Colombia. La falta de empleo, educación y calidad de vida lleva a miles de jóvenes a soñar con oportunidades afuera.

81 de cada 100 jóvenes sueñan con emigrar de Colombia.

Feb 11, 2025 | Puntos de vista

81 de cada 100 jóvenes sueñan con emigrar de Colombia. La falta de empleo, educación y calidad de vida lleva a miles de jóvenes a soñar con oportunidades afuera.
Natalia Hernández

Natalia Hernández

Administradora Pública, Consejera de juventud en la localidad de Usme

La migración juvenil llegó al 81%, cada día hay menos oportunidades. Para que eso se modifique, el gobierno debe ser generador de empleo y riqueza, de lo contrario el éxodo de la juventud en busca de posibilidades continuará.

Según la reciente investigación llamada “El latido de la juventud”, que fue realizada por la agencia SmartPREl, la migración juvenil llegó al 81% en Colombia. Ante la falta de acceso a oportunidades que permitan tener las garantías para una vida digna, el único sector que puede aportar con su vitalidad y fuerza a la prosperidad del país, se quiere ir.

La situación del país, desde hace muchos años, viene empeorando. La juventud colombiana es víctima de las medidas de apertura comercial y de la implementación de políticas neoliberales que aumentaron los costos de bienes y servicios con medidas como la privatización de empresas públicas. Fruto de lo anterior se produjo una reducción significativa de garantías y oportunidades laborales, la reducción del gasto social, la reprimarización de la economía y la quiebra de empresas nacionales, y ello estancó el desarrollo. No sorprende que el sueño de avanzar en otro lugar esté vigente.

¿Qué sucede con los jóvenes en Colombia?

La siguiente es solo una experiencia que le pasa a muchos jóvenes en el país. Cuando estaba en el colegio los profesores me decían que la mejor forma de obtener un empleo con buenos ingresos, era acceder a la universidad. Ser profesional era la mejor opción. Sin embargo, la carrera llena de obstáculos para poder ingresar en una universidad me hizo pensar muchas veces que terminar materias era una misión imposible.

El costo del transporte, la alimentación, los libros de estudio, fotocopias e incluso el acceso a internet, puesto que no conté con computador en mi hogar, fueron factores que poco a poco limitaron mi formación.

Terminé la carrera y comencé a ser parte de las grandes olas de desempleo. Con ello entendí que la educación por sí sola no podía garantizar aquello que mis profesores me habían dicho. De hecho, he comprendido que mi futuro es incierto, no tengo certeza de si lograré ejercer mi profesión, tampoco si algún día alcanzaré un salario digno o si obtendré una pensión.

Las condiciones en las que vivo no están determinadas por mandato divino y tampoco son exclusivas de mi persona. Todos los días cuando tomo el transporte para salir de la localidad- me encuentro con cientos de jóvenes en la calle que están en el rebusque – para poder comer. En redes sociales veo diversos grupos con publicaciones así: “Soy mamá jefa de hogar, busco trabajo”, “¿Alguien que sepa donde puedo terminar mi bachillerato?, “Me gradué hace dos años, soy profesional, busco empleo”.

La razón principal del atraso – al que estamos sometidos, pero no por eso condenados, son las decisiones políticas de los gobiernos anteriores, incluido el de Petro -, que han determinado el futuro del país y con ello, el de la juventud. No sorprende entonces que la migración juvenil vaya en aumento, 81 de cada 100 jóvenes quieren trabajar en el exterior. Tienen razón, aquí no hay oportunidades laborales, educativas ni de calidad de vida.

No hemos hecho lo que los países desarrollados hicieron para avanzar.

En mayo del 2024, El Tiempo, reveló que cada día vuelan de Colombia 1.244 personas que nunca regresarán. Para los colombianos el mejor destino es Estados Unidos, por eso 2 de cada 6 de los que se marcharon llegan a ese país. Además, de EE. UU.  provienen la mayor cantidad de remesas. Para el año 2020, lo que ingresó superó la mitad del total de las divisas que se recibieron en giros, con un porcentaje del 51,7%.

Según el ministerio de Relaciones Exteriores, y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) hay aproximadamente 4,7 millones de colombianos que residen fuera del país. Es evidente que los países desarrollados a los que migran, como por ejemplo Estados Unidos, Brasil, España, Canadá e incluso Chile, han llevado adelante – lo que el nuestro no, tener un aparato productivo fuerte como base del desarrollo económico.

Los países con las mejores economías del mundo han dado pasos gigantescos – que les han permitido – hacer investigación científica, emplear maquinaria desarrollada, integrar la educación de alta calidad con la industria nacional, proteger sus empresas del mercado externo, adoptar políticas que protejan el mercado interior, entre muchas, que garantizan riqueza y ser fuentes de empleo para la juventud.

Nos hemos convertido en productores de mano de obra calificada en beneficio de otras sociedades.
Esta situación es el resultado de la aplicación de las políticas económicas impuestas por el FMI, la OCDE, el BM, organismos en los que EE. UU. tiene el mando, – que favorecen los intereses de las grandes multinacionales, mientras  arruinan nuestras economías; recibimos el trato de una neocolonia, cuya suerte la deciden los grandes monopolios norteamericanos y europeos.

Una de las consecuencias de esta dependencia es que, como neocolonia, nos hemos dedicado a producir mano de obra barata para otros países. El Estado colombiano – invierte en la educación básica de los jóvenes, aporta para su salud y es garante de otros derechos, pero la migración juvenil aumenta y son otras naciones las que desarrollan sus economías con nuestros trabajadores.

Razón tiene el ex senador Jorge Robledo, cuando afirma en sus conferencias que prácticamente el país los expulsa al no ofrecerles oportunidades. Él nos recuerda la esclarecedora metáfora que con una mano nos impiden el desarrollo nacional al imponer medidas económicas y Tratados de Libre Comercio, y con la otra nos roban nuestra gente joven, sin la cual es imposible superar la condición de país rezagado.

¿Qué está por venir?

El gobierno actual no es diferente de los demás. Sus acciones chocan a diario con sus discursos . Las cifras de desempleo, la deuda con las universidades públicas, el avance de la quiebra del aparato económico, son muestra de que no existe voluntad política para mejorar las condiciones no solo de la juventud, sino del país entero.
La situación de la juventud mejora a condición de que el país en su conjunto se desarrolle. Las – experiencias de – multitud de países han demostrado que únicamente a través de las empresas nacionales prósperas se genera riqueza y empleo.

Por eso urgen políticas económicas del Estado colombiano que privilegien los intereses nacionales sobre los extranjeros y que permitan consolidar nuestra soberanía económica.

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