La Isla Gorgona, un paraíso natural rebosante de biodiversidad y con un inmenso valor para la investigación científica, fue en el año 1960 transformada en una prisión de máxima seguridad, considerada una de las peores del mundo. Este penal, con condiciones inhumanas, tenía al mar y sus tiburones como guardianes naturales, y escapar significaba enfrentarse a la ferocidad de la naturaleza o al veneno mortal de las serpientes. No es una obra de ficción distópica, sino la cruda realidad de la historia de Gorgona.
Este «Alcatraz Colombiano», con todos los horrores cometidos en su impresionante paisaje, dejó atrás su oscuro pasado en 1984, hace 40 años, gracias a una lucha admirable liderada por Cecilia Castillo de Robledo. Después de años de esfuerzo y recopilación de testimonios, logró demostrar al país y al mundo que ese fallido experimento debía cerrarse de inmediato, lo que condujo a la transformación de Gorgona en un Parque Natural Nacional en 1984.
Hoy, Gorgona es un tesoro de biodiversidad. Las ballenas jorobadas eligen este lugar para dar a luz y criar a sus ballenatos, mientras que orcas, cachalotes, lobos marinos y una multitud de aves, reptiles, peces, anfibios y moluscos habitan sus aguas y tierras. Este santuario natural, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es hogar de delfines, tortugas marinas y muchas especies endémicas, como el lagarto azul y los monos capuchinos. Con 61.000 hectáreas de vida marina y terrestre, Gorgona se ha convertido en un epicentro de investigación científica, proporcionando información invaluable debido a su integridad ecológica, lo que la ha catapultado como la «Isla Ciencia» de Colombia, en un país donde históricamente la inversión en ciencia ha sido escasa. Además, Gorgona posee un gran potencial ecoturístico.
Sin embargo, como en una pesadilla recurrente, ahora se plantea convertir la isla en un inmenso radar y base naval, bajo el control del Comando Sur estadounidense, dado que el proyecto cuenta con el respaldo financiero de la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y Procuración. de Justicia de Estados Unidos. Mediante la Resolución 1730 de 2015 se otorgó licencia ambiental para el proyecto de «Construcción, Operación, Abandono y Restauración de la Estación de Guardacostas en la Isla Gorgona y Obras Complementarias», cuya fase de preconstrucción está prevista para comenzar en diciembre de 2022.
Este proyecto, iniciado durante el gobierno de Santos y promovido por la administración de Iván Duque, se justifica bajo la idea de contribuir a la seguridad nacional, combatiendo actividades ilegales como la pesca, el narcotráfico, el uso inadecuado de recursos naturales y la contaminación marítima. Sin embargo, es responsabilidad del gobierno de Gustavo Petro evitar que esta iniciativa tan perjudicial se materialice. Pero, dada la cercanía de su gobierno con la alta dirigencia de Estados Unidos, evidenciada en reuniones con la CIA, la DEA, el Comando Sur, Usaid y Antony Blinken, entre otros, es necesario ejercer una gran presión ciudadana y movilizar la opinión pública. para impedir que se concrete este atentado contra los derechos colectivos, el patrimonio natural y la soberanía de nuestro territorio.
¿Estará Gorgona destinada a repetir su historia? ¿Pasará de ser un paraíso natural recuperado a convertirse en una base militar? ¿De «Isla Ciencia» a «Isla Cuartel»? ¿Será positivo reemplazar a buzos, investigadores, científicos y ecoturistas por generales, arsenal y botas militares? ¿Nuevamente se usará la lucha contra las drogas como excusa para ceder territorio estratégico a Estados Unidos, en detrimento de nuestra soberanía ambiental?
Ante esta grave amenaza, todo el país debería unirse en un solo propósito: #SalvemosParqueGorgona.