En salud lo que falta es plata

Ene 7, 2025Batiscafo, Especiales, Qué está pasando

Exdiputado, excongresista y dirigente del partido Dignidad & Compromiso
Que a la salud en Colombia lo que hoy le falta es plata, coinciden en señalar, tanto las EPS y las organizaciones que representan sus intereses, como las múltiples voces de quienes de manera directa tienen relación con el sistema: médicos, especialistas, pacientes, hospitales y agremiaciones.

# Batiscafo

La insuficiencia financiera se evidenció con el aumento decretado por el gobierno nacional para este 2025 de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) en un 5,63%, porcentaje cercano de la inflación esperada (La UPC es el valor que se les paga anualmente a las EPS para que financien las tecnologías y servicios necesarios para atender la salud de cerca del 98% de los colombianos). Este incremento ha sido objeto de una crítica casi unánime de los actores del sector salud porque no equivale, por lo menos, a los incrementos que tuvo este año la canasta de precios de los servicios de salud. Como si fuera poco, además se incrementará el déficit crónico que viene arrastrando el sector desde hace varios años.
Qué la UPC es insuficiente, lo reconoce hasta funcionarios del gobierno; es el caso del interventor de la EPS Coosalud, quien ha manifestado que la siniestralidad “podría estar alrededor del 126%, con una ligera variación hacia arriba o hacia abajo”.

El negocio de las EPS antes y después de Petro

Quiero llamar la atención sobre un hecho del que escasamente se habla: Aunque desde hace 17 años, no se ha creado una sola EPS nueva, United healthcare, la aseguradora en salud más grande del mundo, compró en 2018 dos EPS, Colmédica y Aliansalud y varias clínicas, a un grupo económico chileno. 
Sin duda en un principio el negocio de las EPS era bastante atractivo. Y es que su diseño inicial, de acuerdo con la Ley 100, consistía en crear unas empresas que recibirían un dinero fijo del Estado a cambio de asegurarle a la población afiliada la atención de una lista bastante precaria de siniestros (léase enfermedades) comprendidos en un perverso plan de beneficios, el POS (Plan Obligatorio de Salud). Además, siguiendo el mecanismo de gestión del riesgo financiero, fueron añadidas disposiciones que les permitían poner toda suerte de barreras para su atención. Es decir, les autorizaba aumentar sus utilidades con la negación de servicios, incluso, aquellos que estaban en el paupérrimo POS. Sonaba bastante suculento el negocio.
Y si a eso le sumamos el exabrupto de que dineros públicos se convertían en privados con solo entrar a las arcas de los dueños de las EPS, el negocio era un bocatto di cardinale tanto para los linces del capital financiero como para cualquier aventurero que quisiera hacer fortuna a costa de la salud de los colombianos.

Corrupción y disminución del número de EPS

Si la parte “legal” del negocio era atractiva, qué decir de lo que se quedaba por debajo de la mesa. Durante los 30 años de vigencia de la Ley, han sido múltiples los episodios de corrupción, siendo el de SaludCoop el más protuberante tal y como lo desenmascararon oportunamente el Senador Jorge Enrique Robledo y el periodista Daniel Coronell. 
Este panorama previo explica por qué al entrar en vigencia la Ley 100 de 1993, se crearon más de 150 EPS de todas las clases y condiciones posibles. Claro, la expectativa de jugosas ganancias fue bastante atractiva. Hoy solo sobreviven 29, registrándose una mortandad empresarial en el sector de más del 80% en esas tres décadas. Este proceso de liquidación masiva de EPS que aún hoy no termina, al mismo tiempo ha significado una concentración de los afiliados al sistema de salud en un número menor de EPS.

La atención en salud, una lucha continua de los pacientes

Es preciso recordar que desde la implementación misma de la Ley 100, los usuarios, los ciudadanos, han librado muchísimas batallas legales y de movilización para lograr que el dinero de la salud no se quede en los bolsillos de los negociantes y llegue a irrigar, de manera efectiva, la red de prestadores de salud, que en últimas son las que atienden la población enferma. En ese sentido, se generalizaron las tutelas demandando la vinculación del derecho a la salud, con el derecho fundamental a la vida.

Esas batallas han tenido éxitos importantes, como la sentencia T-760 de 2008 de la Corte Constitucional, que convirtió el derecho a la salud en un derecho fundamental autónomo, lo que quedó plasmado posteriormente en la Ley Estatutaria 1751 de 2015. Con la suma de todas esas batallas y eso triunfos legales, se obligó a las EPS a cubrir una mayor cantidad de siniestros, lo que desde luego iba directamente contra sus utilidades, al obligarlas a destinar mayores recursos a la atención en salud.

Aumento de costos y envejecimiento poblacional

De forma paralela ha habido un importante nivel de envejecimiento de la población, un aumento considerable de los tratamientos para las muy costosas enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) y un encarecimiento creciente de los procedimientos médicos.
Sostener que lo que falta es plata, se soporta con el solo fenómeno de que grandes EPS consideran marginarse del sistema actual y dedicarse al aseguramiento privado, como es el caso de SURA EPS. La falta de plata queda aún más que demostrada al conocerse que el incremento del valor de la UPC ha estado por debajo del crecimiento del gasto en salud, como lo sustentan un grupo de economistas de la salud en carta a la Corte Constitucional.

Entre 2016 y 2021 han crecido un 320% los costos de las enfermedades crónicas no transmisibles  (ECTN), como cáncer, dolencias cardiovasculares, diabetes o las patologías crónicas renales y respiratorias. Eso sin tener en cuenta los medicamentos. Si se contabiliza el gasto en medicinas, este crecimiento sería cercano al 400%. Esta situación se agrava al observar que para el mismo período subió un 271% la UPC, prorrateando la del régimen subsidiado con la del contributivo. Un desbalance, en este solo rubro, bastante significativo.

Gastos en salud superan la UPC

Llegando a las actuales calendas, nos encontramos con el panorama real de un gasto en salud entre 106% y 125% como porcentaje de la UPC, según datos de las EPS, tanto las intervenidas por el gobierno, como las pocas que quedan sin intervenir. ¿Eso qué significa? que hoy lo que hace falta, es plata.
Desde luego, se requiere una modificación muy sustancial del modelo de salud que padecemos desde 1994, pero las propuestas del Gobierno Petro, en lugar de apuntar a resolver la problemática, han creado tal confrontación y confusión, que, en lugar de resolver han agravado la crisis.
El Ministro de Salud Fernando Ruiz expidió un decreto el 5 de agosto del 2022 amarrando las funciones de gestión del riesgo financiero y demás que son propias del negocio asegurador para las EPS. La reforma de Petro amenaza no con eliminar, sino con limitar esas funciones: la organización de la red, la contratación de servicios y la auditoría de las cuentas. En ese sentido, lo consecuente hoy sería ejercer sobre ellas una estricta vigilancia, propender que esas instituciones sean sin ánimo de lucro, y que se conviertan en gestoras con funciones administrativas. Ese es el contenido de una reforma a la salud pertinente para el momento.

Reforma debe garantizar suficiencia financiera

El hecho de que hoy para la salud lo que falta es plata, hace que la decisión de Petro de incrementar la UPC solo de acuerdo a la inflación, vaya en contravía de la situación crítica de los recursos que demanda el sistema y pone en grave riesgo la vida de muchísimos colombianos.

Es menester respaldar la exigencia de rectificar el porcentaje de aumento de la UPC hecha por los prestadores de los servicios de salud, los sindicatos, las asociaciones de pacientes y la academia, de tal forma que se garanticen los servicios de atención a los pacientes y los pagos a las IPS, mientras se busca una fórmula concertada para reformar el sistema de salud, que como hemos dicho de forma insistente, en un principio tuvo recursos para “dar y convidar”, o dicho de otra forma, para ganar y robar, pero hoy, lo que le falta, es plata.

Periscopio:

En un video que circula en las redes, la exministra de Salud y ahora candidata presidencial del petrismo, trata de justificar el ínfimo aumento de la UPC con argumentos que no corresponden a la actual situación.Además, afirma que hoy se necesita una reforma profunda, reforma que asemeja a un tratamiento para el cáncer. Ella que es médica, debería saber que el cáncer tiene un tratamiento diferente para la etapa en que se encuentre; no es igual el tratamiento para el grado 1, que para el grado 4. Lo que ayer podría haber sido un remedio, hoy puede ser un veneno y viceversa.

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