El dilema entre si votar por la derecha o la autodenominada “izquierda” colombiana se puede ayudar a resolver si revisamos los ejemplos exitosos de los países que han tenido gobiernos del espectro político de Centro, que “les ha aportado a sus poblaciones la estabilidad económica y un alto desarrollo humano en estados como los Países Bajos, Luxemburgo y Suiza, que han combinado políticas de centro con sistemas democráticos fuertes. El éxito también se puede ver en la estabilidad democrática y la expansión social en Brasil bajo Lula da Silva, líder de centro izquierda… e Irlanda con su presidente laborista de centro. También México tiene ejemplos válidos de gobiernos de centro izquierda que le hacen aportes determinantes a su población” (con datos de IA de Google).
Una visión general creada por IA de Google define el centro político como “una posición que se sitúa en el espectro ideológico entre la izquierda y la derecha, buscando un equilibrio y moderación entre ambas. Se caracteriza por la búsqueda de acuerdos, la mediación entre posturas antagónicas y una ideología intermedia, aunque su definición específica puede variar significativamente según el contexto histórico y local. Por eso un centro político se caracteriza por: una posición intermedia, ubicada teóricamente en el punto medio de un espectro ideológico; la moderación, porque reúne a grupos y partidos que buscan soluciones de consenso y rechazan los extremos; un contexto dinámico, pues su definición no es fija: en un momento dado puede ser de izquierda o de derecha en otro; la búsqueda de equilibrio: busca un punto medio en cuestiones como la relación entre el Estado y el mercado, o el equilibrio entre la libertad y la igualdad. Y se distingue de la abstención: aunque muchas personas se autoidentifican como de “centro”, no significa que compartan las mismas ideas”.
Los colombianos “están mamados” de que crean que son bobos; vienen de centenares de años mal gobernados por unos líderes de derecha manipuladores, corruptos y algunos de ellos violentos; cuando quisieron hacer un tránsito hacia un centro liberal, asesinan a su líder Jorge Eliécer Gaitán. Luego son engañados por el actual presidente Petro, quien se hizo elegir “vendiéndole el alma al diablo”, les incumple las promesas estructurales del cambio social y ahora hace esfuerzos por perpetuarse en cuerpo propio o en alma ajena, mientras la derecha los quiere reconducir al mismo camino, en el dilema de si le dan continuidad al desastre actual o regresan a la crisis pasada. ¡Los ponen a escoger entre el SIDA y la hepatitis B!, dice el adagio popular.
No en balde la última encuesta de Polimétrica Cifras y Conceptos, divulgada el 5 de este mes, indica que “el Centro político se ha consolidado como la principal fuerza ideológica en Colombia, con un 45 % de identificación ciudadana, duplicando a la izquierda (22 %) y superando por 13 puntos a la derecha (32 %)”. Por eso Uribe Vélez y Gustavo Petro, los líderes de esas políticas fracasadas de extrema izquierda y derecha, han reiniciado, a través de muchos medios de comunicación, esa campaña malévola de destruir a las principales figuras de ese Centro Político: Sergio Fajardo y Jorge Robledo. Fajardo, candidato presidencial consolidado en las encuestas, votó en blanco en 2022; desde entonces, con coherencia ha dicho: ¡Ni con Uribe ni con Petro!
