Crear empleo y riqueza, la solución a la crisis fiscal

Oct 28, 2025

La crisis fiscal en Colombia 2025, con un déficit del 7% del PIB, se supera con la creación de empleo y riqueza, en lugar de agobiar a la población con más impuestos y acudir al endeudamiento.

Crear empleo y riqueza, la solución a la crisis fiscal

Oct 28, 2025

La crisis fiscal en Colombia 2025, con un déficit del 7% del PIB, se supera con la creación de empleo y riqueza, en lugar de agobiar a la población con más impuestos y acudir al endeudamiento.

La situación fiscal ha llegado a un punto crítico, marcado por un deterioro sin precedentes en los últimos años. El desbalance entre los ingresos y los gastos del Estado se ha agravado sustancialmente, alcanzando su punto álgido en 2025. En el primer semestre del año, el déficit alcanzó los 69,43 billones de pesos, equivalente al 3,8% del PIB. Frente a este panorama, las soluciones planteadas por el gobierno no resuelven el problema y sí lo agravan. La clave no está en más deuda o impuestos regresivos, sino en generar empleo: el medio expedito es el apoyo del Estado al fomento y a la iniciativa del sector privado nacional.  

El panorama fiscal y su relación con la producción nacional

El panorama fiscal se ha agravado en este gobierno, entre otras razones debido al marchitamiento de Ecopetrol, la empresa más grande del país, como consecuencia de las decisiones del presidente Petro. La suspensión de contratos nuevos para la exploración de hidrocarburos, el freno en la reposición de reservas, la venta de operaciones en Estados Unidos y la incertidumbre por los anuncios sobre los negocios de la compañía relacionados con inteligencia artificial y Monómeros han impactado en el valor de la acción (menos 63% a sept. de 2024), las ganancias han disminuido y el patrimonio se ha deteriorado.

Otra razón es lo que hoy sucede en el sector algodonero y que ha pasado en otros sectores del agro en las últimas décadas. La expedición de un decreto que reduce a cero los aranceles a las importaciones de hilados para la industria textil, desprotege la producción del algodón y lleva a la pérdida de esas fuentes de empleo, el futuro encarecimiento del producto y la perdida de los tributos que genera esa cadena productiva. 

La pérdida de calidad del café colombiano que se exporta, causada por la autorización de mezclar el grano nacional con importaciones más baratas, ha reducido el valor en el mercado internacional. Esta medida, que beneficia principalmente a los grandes comercializadores al reducir sus costos, desincentiva la producción local de alta calidad y ha afectado su rentabilidad en al menos 900 millones de dólares anuales.

Cuando una empresa y/o un productor nacional pierde sectores del mercado nacional o internacional o cuando un trabajador deja de tener empleo, además de representar menos recursos para esas personas, son menores recursos para la hacienda colombiana y ese es el camino que lleva el país por más de 30 años.

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Una estrategia ruinosa: deuda, reducción del gasto y más impuestos

Para sostener las finanzas del Estado, una de las estrategias es endeudar más al país, generando liquidez inmediata pero menos recursos en el futuro. Las imposiciones del Fondo Monetario Internacional han llevado al país a la mala situación en la que se encuentra y, además, cada vez queda más claro que las políticas de estos organismos internacionales endeudan, pero no desarrollan a los países. La deuda pública externa del sector público se estima en US$116.206.5 millones (27,5% del PIB) a julio de 2025, y la total externa supera el 49.31% del PIB, reflejando una carga que limita la inversión productiva. Esto aumenta el riesgo de calificaciones crediticias negativas y presiona hacia arriba las tasas de interés.

Exministros y economistas intermediarios del capital financiero proponen más de lo mismo: reducir gastos y aumentar ingresos con más impuestos a las clases medias y a los pobres. Reducir el gasto no es la mejor opción, para que el país funcione bien, se necesita un Estado con las capacidades requeridas para hacer cumplir la constitución y la ley, además de poder garantizar los derechos de sus ciudadanos y ciudadanas con gastos bien direccionados y sin despilfarro. Aumentar los ingresos es cada vez más inviable a partir de extraerlos de los bolsillos de ciudadanos y empresas, de por sí descaecidos por el sinnúmero de reformas tributarias que se han promulgado en las últimas décadas.

Algunos dirán que generar riqueza toma tiempo, mientras la crisis es inmediata. Pero el endeudamiento perpetuo solo agrava el problema, así se ha visto en otros países como Grecia. 

Una propuesta plausible: desarrollar el agro y la industria nacionales.

Desde hace unos años, el ahora candidato al Senado Jorge Robledo ha impulsado la propuesta de generar más fuentes de empleo y riqueza para avanzar en resolver los graves problemas económicos y sociales que tiene el país. Eso quiere decir que el Estado colombiano, de la mano con el sector privado, propicien las condiciones necesarias para que nazcan nuevas empresas y crezcan las ya existentes. Entre más empresas haya en todos los sectores económicos, más personas tendrán empleo con mayores y mejores salarios, con el consecuente aumento en el consumo y en la tributación.

El  Estado debe incentivar la creación de empresas en sectores clave: agroindustria (transformando materias primas en productos de alto valor), tecnología y energías renovables. A la vez, políticas concretas incluyen exenciones fiscales para micro, pequeñas y medianas empresas, inversión en parques industriales y esfuerzos para capacitar mano de obra. Esto no solo crearía millones de empleos formales –reduciendo la informalidad del 55% actual– sino que aumentaría la base tributaria de forma orgánica, sin reformas punitivas. Con más empresas, el consumo sube, los salarios mejoran y el recaudo fiscal crece naturalmente, como ha ocurrido en países que priorizaron la industrialización y la generación de riqueza. Es decir, dar pie para el desarrollo del capitalismo nacional.

Robledo también ha dicho que, el PIB per cápita de Colombia apenas alcanza los 6.500 dólares, mientras otros países como Argentina y Brasil superan los 14.000 y 11.000, Alemania y Bélgica superan los 55.000 y 58.000, y Estados Unidos y Suiza superan los 89.000 y 112.000 respectivamente. Estas cifras representan los bienes y servicios que producen esas sociedades y que se convierten en mejores condiciones de vida para las personas y mayores ingresos para sus Estados. Para aumentar ese indicador toca hacer lo que esos países hicieron en su momento para desarrollarse: generar más fuentes de riqueza.

Estos países crecieron haciendo que su industria y su agro tuvieran valor agregado. En el mundo hay ejemplos de países que han avanzado en esos propósitos. Países que duplicaron su PIB per cápita en una década con políticas enfocadas en riqueza productiva. China y Corea del Sur pasaron de economías subdesarrolladas a potencias en 70 años. 

Mientras no se apliquen políticas económicas direccionadas hacia allá, seguirá sonando la alarma del déficit presupuestal y la opinión pública, y en los círculos económicos se seguirá discutiendo sobre cómo repartir la torta, en vez de como hacerla crecer.

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