Raouf Almalki con kufiya palestina en conferencia pública- pueblo palestino

Por la defensa del pueblo palestino y su derecho a la autodeterminación

Jul 19, 2025 | Pasa en el mundo

El Genocidio contra el pueblo palestino se agrava ante el silencio internacional y el apoyo de Estados Unidos a Israel

El mundo ve en vivo y en directo el genocidio que el Estado de Israel está cometiendo en Gaza, y lo más grave, con la complicidad del gobierno de Estados Unidos y sus aliados de Occidente. Hoy es imperioso el respaldo mundial al pueblo palestino, para que cese el genocidio y para hacer realidad su derecho a la autodeterminación.

Las claves históricas del conflicto

Hace unos días, el embajador de Palestina en Colombia, Raouf Almalki, expuso en el programa Cedetrabajo al Aire la tragedia del pueblo palestino, no solo en Gaza sino en Cisjordania. Resaltó Almalki que no fue a partir del ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023 cuando comenzó el conflicto. Se remonta a más de cien años de colonización sionista del pueblo nativo palestino, con el “apoyo de las grandes potencias y de la estructura terrorista israelí”.

La permanente ocupación del territorio palestino con colonias judías ilegales, la confiscación de sus tierras y el desplazamiento a viva fuerza de los moradores tuvo su máxima expresión en 1948, año en que se creó el Estado de Israel, cuando fueron expulsados 750 000 palestinos, en lo que se conoce como la Nakba o “Catástrofe”. Desde ahí en adelante, la Nakba se ha caracterizado como limpieza étnica y en los últimos años como genocidio.

 El relato del embajador coincide con lo que escribe el historiador israelí, de la Universidad de Haifa, Ilan Pappé, La limpieza étnica de Palestina (2006), basado en los documentos desclasificados del Estado de Israel y en el Diario de David Ben Gurion, principal impulsor y primer ministro. Es la expresión de un Estado de apartheid, en exclusividad para judíos, y de exclusión, expulsión y genocidio del pueblo.

 El término sionismo hace referencia al monte Sion, donde se encuentra Jerusalén, y utiliza el mito bíblico hebreo con fines políticos y nacionalistas, para adelantar la limpieza étnica contra un pueblo que lo único que hace es resistir ante la agresión. Por eso es necesario diferenciar al judaísmo, una religión milenaria tan respetable como el cristianismo, del sionismo, que la instrumentaliza para fines supremacistas.

Enrique Daza y Raouf Almalki en Cedetrabajo al Aire

El Genocidio en Gaza y la colonización de Cisjordania y Jerusalén

 Desde el 7 de octubre, fecha del ataque terrorista de Hamás, y como represalia desproporcionada, se cuentan cerca de 60.000 muertos directos bajo los bombardeos y los disparos contra la población civil, entre los cuales el 30% son menores y el 24% mujeres. Pero los muertos indirectos, producto de las secuelas del hambre y las enfermedades, son significativamente mayores y los calculaba en 186.000 la revista médica británica The Lancet de hace un año.

Aunque el pretexto era acabar con Hamas, el verdadero objetivo es erradicar a los habitantes de la Franja de Gaza de un estrecho territorio de 365 km² con dos millones trescientos mil habitantes hacinados en una especie de campo de concentración a cielo abierto, completamente bloqueado y controlado por tierra, mar y aire por el ejército israelí.

Al mismo tiempo continúan los asentamientos ilegales sionistas en Cisjordania, el otro territorio que les reconoció la ONU a los palestinos en la partición de 1947, lo mismo que Jerusalén, que según la misma partición estaba reservada para ser administrada internacionalmente por ser el lugar santo de tres religiones.  Los colonos sionistas les roban la tierra a los palestinos y los fuerzan a desplazarse, todo con el auspicio del Estado de Israel, que ha cercado incluso a Cisjordania con un muro.

Desde la guerra de 1967, auspiciada por Israel, el territorio ha seguido expandiéndose en busca de abarcar el “Gran Israel”, la “tierra prometida” por Yahvé a Abraham hace tres mil años, entre los ríos Éufrates y Nilo, e impedir que los palestinos tengan su propio Estado. También con base en textos de hace dos milenios, los palestinos son asimilados a las tribus enemigas del “pueblo elegido”, tribus a las que el mismo Yahvé ordenó aniquilar. Hoy pretenden lo mismo, no para construir un estado-nación moderno pluriétnico, sino para regresar al protoestado tribal judío y esperar la llegada del Mesías en torno a Jerusalén. El mito bíblico hecho realidad trágica en pleno siglo XXI con el apoyo de Estados Unidos.

Donald Trump conversa con Benjamín Netanyahu en la Casa Blanca

El interés de Estados Unidos en la defensa de Israel

Hoy los analistas geopolíticos se preguntan si es Netanyahu el que induce a Biden o a Trump a actuar o si es Washington el que maneja al Estado de Israel. Pero en realidad los intereses de ambos gobiernos, aunque distintos, son complementarios. Lo que desea Estados Unidos es mantener la hegemonía global e Israel la preponderancia en Asia occidental. Por eso coinciden en sus fines y trabajan conjuntamente para lograrlo, integrados por las élites plutocráticas del mundo, las mismas en ambos países.

 El reciente ataque de Israel a Irán pretextando supuestas armas nucleares, en medio además de las negociaciones diplomáticas entre Irán y Estados Unidos, tuvo todo el apoyo de Washington y sus aliados europeos. La verdadera intención del ataque era decapitar al régimen iraní para volver a imponer un lacayo que atendiera los intereses geoestratégicos de Occidente. No lo lograron por la fuerte cohesión interna del gobierno de Teherán y por su gran capacidad de respuesta contra Israel, por lo que Trump, en defensa de su aliado, debilitado para parar la guerra y posar como “pacificador”, montó el show de bombardear las bases iraníes de enriquecimiento de uranio con fines pacíficos.

 En realidad, Irán es uno de los pocos países de la región que ha mostrado solidaridad con el pueblo hermano de Palestina. Por eso, el otro objetivo conjunto de Tel Aviv y Washington es destruir el apoyo a la resistencia de los palestinos e impedir que tengan su propio Estado. Pero, como contrapartida, los pueblos del mundo, incluidos los judíos que enarbolan consignas “no en nuestro nombre”, comienzan a levantarse en protesta por el genocidio y el apartheid ejercido por Israel con la complicidad del gobierno de los Estados Unidos y sus aliados de Occidente.

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