El presidente Gustavo Petro negó haber convocado el Paro Nacional del 28 de mayo, pese a evidencias de su participación junto a ministros y líderes sindicales. Tras el fracaso de la jornada, el Gobierno deslindó responsabilidades, dejando solos a Fecode, la CUT y otras organizaciones que acataron el llamado presidencial y ahora deben responder por las consecuencias.
En una analogía con lo dicho por Napoleón, sin el ánimo de equiparar a los dos personajes, dicen que “la victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana”, confirmada con lo sucedido en la convocatoria de la “Huelga Nacional” por parte del presidente de Colombia, Gustavo Petro, junto con varios de sus ministros –Benedetti, Sanguino…–, en alianza con los bonzos sindicales petristas, que tienen cantidades de familiares viviendo del erario en este Gobierno, comandados por los sectores mayoritarios de la Central Unitaria de Trabajadores –CUT– y la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación –FECODE–, quienes entregaron las principales banderas de lucha del sindicalismo, consagradas en su independencia y autonomía. El presidente Gustavo Petro, al mejor estilo del tahúr mentiroso, “tira la piedra y esconde la mano”.
Los medios publicaron las pruebas sobre la convocatoria a la Huelga Nacional –que con el tiempo suavizó como Paro Nacional– del presidente Petro. El portal Infobae lo publicó el 28 de mayo de 2025, en un artículo de Mario A. Rodríguez: “Las evidencias que demostrarían que Gustavo Petro sí convocó el paro nacional del 28M: movilizaciones habrían fracasado en todo el país”. Afirma que: “El presidente de la República, en sus redes sociales y tal como hizo en el paro nacional de 2021, rechazó haber convocado las movilizaciones; no obstante, la conversación que sostuvo con el ministro del Interior, Armando Benedetti, justo después del hundimiento de la consulta popular 1.0 en el Senado, prueba lo contrario”, anexando los respectivos chats de WhatsApp. También adjunta apartes del discurso del 1 de mayo de 2025, cuando el presidente Petro se dirige a los manifestantes en la Plaza de Bolívar en Bogotá, tras las movilizaciones del Día Internacional del Trabajo. Y le sigue enrostrando evidencias.
La consulta popular de Petro es un engaño y una maniobra electoral
El Gobierno Petro lanza una consulta popular que rompe el orden constitucional y anticipa campaña electoral, pese a crisis y caída económica.
El presidente Petro, como politiquero amaestrado, apenas tuvo la información suficiente de que “el tal Paro no existe”, al mejor estilo de su aliado Juan Manuel Santos, comenzó a “esconder la mano” al ver que la “piedra lanzada” no fue certera. Resulta que no es lo mismo apropiarse oportunistamente de conmemoraciones universales como el Primero de Mayo, o de fechas históricas como el 20 de julio, que convocar una huelga nacional en otras fechas. La fantochería del presidente Petro le jugó en contra, no le valió los ríos de dinero irrigados entre los dirigentes de organizaciones sociales y sindicales para movilizar a la población. El presidente Petro no contaba con que la población está tomando conciencia de que su decisión de continuar el modelo neoliberal, haciendo más de lo mismo y con los mismos, es la causa del fracaso del Cambio prometido por él, por lo tanto, sus convocatorias a movilizaciones se constituyen en una farsa, un engaño más a sus electores y simpatizantes.
Lo peor para el presidente Petro de haber negado que él y su Gobierno convocaron “el tal paro”, es que hizo sentir solas y huérfanas a esas organizaciones cómplices. Las redes sociales se inundaron de críticas como la de Victoria Avendaño en X: “Los maestros y maestras de Colombia después de acatar la orden de paro dada por @fecode y @petrogustavo les toca por mandato del mismo gobierno reponer el tiempo dejado de laborar, el presidente, al mejor estilo de Poncio Pilato se lava las manos, ahora dice que los responsables del paro son las Centrales obreras y la coordinadora popular y el ministerio de educación anuncia lineamientos para la recuperación (de clases), ¿qué viene ahora?”. ¡Así le paga el diablo a quien bien le sirve!