Germán Ávila y Gustavo Petro junto al logo del Marco Fiscal 2025

Petro no cumplirá la regla fiscal para endeudarse sin límite en vísperas de elecciones

Jun 24, 2025 | Economía, Temas

Colombia rompe la regla fiscal en 2025 y proyecta más deuda, menos inversión y recortes sociales. El déficit supera el 7 % del PIB.

El Gobierno de Gustavo Petro activó la cláusula de escape en 2025 al incumplir la regla fiscal. El déficit supera el 7 % del PIB, aumentan los recortes sociales y se deteriora la inversión. Las medidas del presidente Petro, sin estrategia industrial ni comercial, agravan la crisis económica y comprometen el futuro fiscal del país.

El Gobierno colombiano informó que no cumplirá la regla fiscal en 2025 y activó la cláusula de escape, que le permite suspender temporalmente los límites al déficit y la deuda, y se comprometió a diseñar una ruta de recuperación fiscal para los próximos tres años que restaure el equilibrio.

La medida deja al desnudo el deterioro en el manejo de las finanzas públicas bajo la administración Petro, que ya va por su cuarto ministro de Hacienda. Ha anunciado la presentación de una nueva reforma tributaria, declaró la conmoción interior para justificar cobros adicionales, presionó a Ecopetrol por anticipos de impuestos y ahora planea adelantar las retenciones en la fuente del año entrante.

Fachada principal de la sede de la DIAN en Bogotá

Ajustes al gasto y caos presupuestal

La DIAN no alcanzó sus metas, los ingresos fueron sobreestimados y ha tenido que hacer ajustes profundos al presupuesto. Se redujo más del 40% la asignación del programa Colombia Mayor, se recortaron subsidios al Icetex, se ajustó a la baja la vivienda social y se limitó la financiación del Programa de Alimentación Escolar, que sirve a los niños más vulnerables.

Los recursos no ejecutados en 2024 fueron elevados. Proyectos clave no se ejecutaron, algo que socava la credibilidad ante los mercados y muestra la ineptitud e improvisación en la ejecución. El Comité Autónomo de la Regla Fiscal advirtió que se necesitan entre 40 y 75 billones de pesos adicionales para cumplir la regla, monto que el propio Gobierno admite que no es viable sin reducir sustancialmente el gasto.

Incumplimiento de la regla fiscal agrava el déficit

El déficit alcanzó un 6,8 % del PIB en 2024 y se proyecta que supere el 7 % en 2025. La activación de la cláusula aumentará las tasas de interés de futuros préstamos, encarecerá el servicio de la deuda, afectará la calificación crediticia, generará mayor volatilidad cambiaria y alejará la inversión extranjera. Todo eso debilita aún más la confianza en la sostenibilidad económica del país.

También es evidente la falta de una política seria de reindustrialización. La industria manufacturera ha perdido peso en el PIB y el empleo y no hay una estrategia clara para revertir la tendencia. 

No existen avances significativos en una agenda comercial que potencie encadenamientos productivos y reduzca los costos logísticos. La política de comercio exterior mantiene intactos los tratados de libre comercio y la languidez del comportamiento industrial impide que se generen ingresos genuinos y se rompa la trampa de dependencia del endeudamiento.

Fachada de la sede de ACOPI en Bogotá sobre la calle 37

Sin política industrial ni estrategia comercial

En el sector energético, la decisión de detener la nueva exploración petrolera y adoptar una transición apresurada y desordenada ha comprometido una fuente de ingresos crucial para el país. Además, marchitar a Ecopetrol sin concretar ninguno de los proyectos de energías renovables, ha desencadenado una crisis energética y ha disparado los precios del gas.

Colombia ha sido arrastrada a una espiral en que se tendrá que endeudarse más para pagar deuda. Al próximo gobierno le quedará como herencia una situación crítica que le limitará seriamente la capacidad de inversión y crecimiento.

Estos impactos no son sólo cifras sino que se traducen en desempleo, pues las medidas se deben al crecimiento del rebusque, del empleo público en medio de un desaforado clientelismo y de los empleos temporales. El resultado es menor crecimiento y un creciente deterioro en la calidad de vida. Si esta senda de desorden fiscal persiste, los efectos recaerán sobre las actuales y futuras generaciones, ya sea mediante más impuestos, o mayor endeudamiento y menos inversión social.

Más deuda, menos inversión y peor calidad de vida

Colombia necesita un rumbo fiscal sólido, coherente y estable, no improvisación, rotación constante de ministros y presupuestos basados en supuestos falibles. Si no se actúa con decisión, transparencia y responsabilidad, lo que hoy se presenta como flexibilidad será la puerta a una crisis económica y social de graves consecuencias.

Hoy más que nunca, se requiere rigor técnico, visión de país y respeto por las finanzas públicas. El país que entregará Petro estará endeudado, con graves déficit fiscales y comerciales, sin reglas estables, con incertidumbre para la inversión, sin satisfacción de los anhelos represados de la población, con mayor violencia y en un ambiente de violencia generalizada.

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