Alejandro Arcila Jiménez

Alejandro Arcila Jiménez

Abogado, concejal de El Carmen de Viboral, Antioquia por Dignidad y Compromiso.

Ni técnica, ni rentable, ni necesaria: El AM del oriente, una figura insensata.

May 18, 2025 | Puntos de vista

El Área Metropolitana del Oriente antioqueño no es técnica, ni rentable, ni necesaria. Conoce por qué esta figura genera más problemas que soluciones reales.

Ni técnica, ni rentable, ni necesaria: El AM del oriente, una figura insensata.

May 18, 2025 | Puntos de vista

El Área Metropolitana del Oriente antioqueño no es técnica, ni rentable, ni necesaria. Conoce por qué esta figura genera más problemas que soluciones reales.
Alejandro Arcila Jiménez

Alejandro Arcila Jiménez

Abogado, concejal de El Carmen de Viboral, Antioquia por Dignidad y Compromiso.

La propuesta de crear un Área Metropolitana del Oriente ha despertado polémica por su falta de justificación técnica, escasa viabilidad económica y nula necesidad práctica. ¿Vale la pena impulsar una figura costosa y limitada en un territorio sin aglomeración urbana ni suficiente población? Este artículo analiza por qué podría ser un error de gran impacto para la región.

Alrededor de la figura del Área Metropolitana del Oriente (AMO) se están dando debates importantes sobre el futuro y el desarrollo de la región, sus necesidades y sus aspiraciones, la urgencia por coordinar esfuerzos entre los Municipios, en especial los del altiplano del Valle de San Nicolás, y las potencialidades de un territorio que ha crecido a la sombra del Valle de Aburrá, segundo conglomerado urbano más grande de Colombia, con 4,1 millones de habitantes. Entre las discusiones más sonadas se ha hablado de los recursos naturales, la autonomía territorial, la seguridad y el desarrollo inmobiliario. Sin embargo, poco se habla sobre la pertinencia del modelo desde un punto de vista práctico y al revisarlo se pueden arribar tres conclusiones: 1. No hay razones técnicas que justifiquen la creación de una en el Oriente de Antioquia, 2. Incluso si existieran, no sería una institución rentable y 3. Incluso si fuera técnica y rentable, no es necesaria, puesto que existen alternativas sensatas.

El Área Metropolitana del Valle de San Nicolás es antitécnica.

No existen razones técnicas que justifiquen su creación. Las Áreas Metropolitanas existen en el mundo, no solo en Colombia, para centralizar la toma de decisiones en conglomerados urbanos extensos, lo que demanda, como mínimo, dos requisitos: que exista aglomeración urbana (es decir, que las ciudades estén unidas entre sí) y que tengan una inmensa población. Si bien la ley colombiana no exige que se den estos dos requisitos, ni otro adicional, que sería la clara preponderancia de la ciudad núcleo frente al resto de entes territoriales, es evidente que en todas partes cuando se habla de Metrópolis, se habla de unidades urbanas de varios millones de habitantes. Es difícil, sino imposible, hallar una de menos de un millón de habitantes. 

La mayoría de Áreas Metropolitanas en el mundo tienen más de un millón de ciudadanos, las más populosas del planeta llegan a varias decenas de millones, como el delta del Río Perla, cuyo núcleo es la ciudad de Guangzhou, en China, con cerca de 70 millones de habitantes. La del Oriente estaría entre las más pequeñas del mundo, con poco más de medio millón de habitantes, y no sería una aglomeración urbana. Si seguimos buscando Áreas pequeñas en el mundo, veremos que en su mayoría Las Áreas Metropolitanas más pequeñas del mundo suelen tener más de un millón de habitantes y todas están conurbadas: Nuakchot, la más pequeña de África, ubicada en Mauritania, tiene más de 2 millones de habitantes; Erbil, en Irak, la más pequeña de Asia, tiene 1,1 y Belgrado en Serbia, la más pequeña de Europa, tiene 1,7.

El dato de tener menos de un millón de habitantes es clave pues no solo no se encuentran Áreas Metropolitanas de este tamaño en ninguna parte, sino que en Colombia la ley establece por lo menos dos reglas que dan cuenta de este hecho: la del oriente no podría ser autoridad ambiental, según el artículo 66 de la Ley 99 de 1993, y tampoco podría tener Policía Metropolitana, tal como lo establece la Resolución 00912 de 2009 de la Policía Nacional, que solo permiten estas funciones para conglomerados de más de un millón de habitantes. Con esta última figura de la Policía Metropolitana, por desconocimiento o quizás por mala fe, los promotores de la del Oriente la han justificado, a pesar de ser mentira.

El Área Metropolitana del Valle de San Nicolás no sería rentable económicamente.

La creación del Área Metropolitana en el oriente de Antioquia implicaría en primera instancia un recorte del 1% de los ingresos corrientes de libre destinación de los Municipios, que deberían girarse en favor del funcionamiento de la figura. Cifra que resulta ínfima al considerar que con ella se recaudarían solo 5.500 millones de pesos al año, insuficientes para resolver temas de movilidad, infraestructura, seguridad o planificación, pero que resulta un porcentaje nada despreciable si se considera que hay sectores de inversión en los Municipios que usualmente no llegan a ese 1%, como las políticas en favor de las Mujeres. Es decir, que los Municipios deberán destinar recursos de sus escasos presupuestos para financiar pobremente una entidad burocrática nueva, que gastará la mayor parte en su funcionamiento. Incluso si su manejo fuera austero y no gastaran un solo peso en pago de salarios, equipos, servicios e insumos, cosa imposible, los 5.500 millones de pesos anuales difícilmente podrían financiar obras importantes.

Sin dudas el AM tendría que financiarse de maneras distintas a las del aporte ordinario del 1%. Lo que genera preocupación al pensar que la ley 1625 prevé una sobretasa especial del 2 por mil sobre el catastro que seguramente buscarán cobrar cuando adviertan la necesidad de dinero. Cuando falte, acudirán al bolsillo del contribuyente. Frente a esta preocupación, los promotores del Área han dicho que ese impuesto es la sobretasa ambiental que ya cobra CORNARE por lo que no podría recaudar el AMO, a pesar de que la ley no lo indica de manera clara, más allá de remitirse al artículo 317 de la Constitución. Sería bueno creer que es cierta esta objeción y que legalmente no pueden aumentar el impuesto predial para financiar el Área, pero ya decía Maquiavelo: “piensa mal y acertarás”. 

El oriente antioqueño no necesita un área metropolitana.

Es innecesaria la creación de un Área Metropolitana, pues los recursos que esta puede generar por sí misma son escasos, o nulos, y sin dinero poco puede hacerse y todas las formas de conseguir dinero para que funcione, incluida la suba en los impuestos, no necesitan del aparato burocrático del Área Metropolitana. 

¿Si no aumentan los impuestos, de dónde saldrá el dinero para que funcione? Es la encrucijada ante la que quedan los defensores del AMO, salvo que acepten el peso de los hechos y reconozcan que para financiarse deben subir los impuestos o acudir al presupuesto de los Municipios, el Departamento o la Nación, terminando sometidos a la voluntad política de los gobernantes de cada instancia, es decir, igual que sin Área. O acudir a las figuras que ya la ley establece para financiar cualquier proyecto que cobije a varios Municipios: Los convenios interadministrativos, la delegación de funciones y los Pactos Territoriales (antes Contratos Plan de ley 1454 de 2011). Vale la pena recalcar que ninguna de estas figuras de coordinación interinstitucional requiere de un área para gestionarse.

 

El Área Metropolitana del Oriente: Gastar dinero que no se tiene en algo que no se necesita.

En conclusión, el Área Metropolitana del Oriente sería ridícula por su pequeñez, pobreza, poca población y falta de aglomeración urbana; pondría en riesgo a los orientales de un aumento en sus impuestos –no se debe olvidar que el actual gobernador de Antioquia, fiel defensor del Área, acaba de imponer una sobretasa de seguridad para el departamento pese a las dudas que hay sobre su legalidad y la oposición del mismo ente encargado de recaudar el dinero–; es un modelo que pone en entredicho la autonomía de los Municipios y que no se necesita para resolver las necesidades de la gente. 

Frente a este modelo, que tantas resistencias y divisiones políticas genera en la región, existe una alternativa clara: que los alcaldes y el gobernador se sienten, como se han sentado para tratar temas que han sido banderas a favor del Área, como el transporte o la seguridad, hagan Convenios Interadministrativos, gestionen giros de presupuesto de la Nación o intenten promover, seguramente con un amplio respaldo popular, un Contrato Plan en el oriente, que garantice recursos del gobierno nacional para atender las muchas necesidades y deseos comunes de los y las orientales. No se trata de otra cosa distinta que ser sensatos.

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