La expansión de la OTAN

Nov 29, 2024Pasa en el mundo

Arquitecto y Magister en historia y teoría de la arquitectura.
La guerra en Ucrania cada vez escala más hacia una confrontación global, principalmente ahora que Joe Biden autoriza usar sus misiles de largo alcance contra la Federación Rusa. Occidente la tergiversa mostrando a Rusia como la agresora y a Ucrania como la víctima y dejando ver solo una fotografía: la invasión de Rusia a su […]

La guerra en Ucrania cada vez escala más hacia una confrontación global, principalmente ahora que Joe Biden autoriza usar sus misiles de largo alcance contra la Federación Rusa. Occidente la tergiversa mostrando a Rusia como la agresora y a Ucrania como la víctima y dejando ver solo una fotografía: la invasión de Rusia a su país limítrofe por el oeste, la antigua Rus de Kiev, cuna de la civilización común, en febrero de 2022. Pero tiende a ocultar lo que ocurrió antes de esa instantánea, e incluso lo que sucedió después, por lo que es imperioso ver la película completa, la que nos puede dar una aproximación a la realidad de lo que está aconteciendo hoy.

La película comenzó en 1989 con la caída del Muro de Berlín. Con él se desplomó la Unión Soviética en 1991 y finalizó la llamada Guerra Fría, que enfrentaba a las dos superpotencias con sus respectivos bloques militares, de un lado, Estados Unidos con la alianza atlántica, la OTAN, y por el otro la URSS con el Pacto de Varsovia. El segundo bloque se disolvió con la caída soviética. Sin embargo, la OTAN no hizo lo mismo cuando ya no existían motivos bélicos y, además, comenzó a expandirse hacia el Este violando el pacto que habían hecho, en 1990, el secretario de Estado norteamericano, James Baker, y el jefe de Estado de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, de que la OTAN no se movería ni una pulgada hacia el Este, a cambio de que se permitiera la unificación alemana. 

Fue Bill Clinton quien incumplió el acuerdo en 1994 al firmar un plan para expandir la OTAN hasta Ucrania. Así lo relata el exasesor norteamericano de la ONU, Jeffrey Sachs, quien agrega que en 1999 la expansión comenzó en Polonia, Hungría y la República Checa. En 2002 Estados Unidos abandonó unilateralmente el Tratado sobre misiles antibalísticos, ABM, a partir del cual empezó a erigir sistemas de defensa antimisiles expresamente prohibidos en el Tratado, con el objetivo de poner misiles en la Europa del Este, que particularmente Rusia vio como una amenaza directa a su seguridad nacional  (Sachs, 2023). Si el inicio de la película es dramático, lo que se vio a continuación resultó peor.

Porque de ahí en adelante Washington adelantó una política de intervención en Ucrania, manipulando en 2005 la llamada “revolución naranja”, y prosiguiendo en 2014 con el Euromaidán, que consistió en derrocar el gobierno democrático de Víctor Yanukóvich, quien propendía a la neutralidad de su país. Fue parte del típico proceder estadounidense para un cambio de régimen violento con la operación encubierta de la CIA a fin de crear la base para que Ucrania entrara en la OTAN. El bloque militar comandado por Estados Unidos quedaría con misiles apuntando a la Federación de Rusia justo en la frontera y a cinco minutos de Moscú.

Guerra civil

El Euromaidán desencadenó una ofensiva contra la Ucrania del Este, de tendencia prorrusa, que estaba por la neutralidad y se oponía al ingreso en la OTAN, lo que provocó una cruenta guerra civil. La opinión pública desconoció los tratados de paz que se adelantaron para parar las amenazas a Rusia y a la guerra. Fueron los Acuerdos de Minsk I y II entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea en 2014 y 2015. Se pretendía que cesaran los intentos de anclar a Ucrania a la OTAN y que los territorios ucranianos  del Este tuvieran autonomía. Se firmaron pero no se cumplieron, porque los dirigentes de Francia y Alemania los tomaron como un pretexto para ganar tiempo y armar a Ucrania. Ya tenían previsto lanzar la guerra contra Rusia. La excanciller alemana Ángela Merkel así lo reconoció después a la revista Der Spiegel (Interferencia, 2022).

En diciembre de 2021 Putin puso sobre la mesa una negociación entre Rusia y Estados Unidos, que Washington no aceptó (Sachs, 2024). Así se explica la llamada por Rusia “Operación Militar Especial” de febrero de 2022, una respuesta a la amenaza de los misiles de la OTAN, similar a la que ya había ocurrido en 1962 pero en sentido contrario, cuando la URSS colocó misiles en Cuba, a 90 millas de Estados Unidos. Casus belli (“Motivo de guerra”) que en esa ocasión se solucionó con el retiro previo de los misiles que tenía la OTAN en Turquía amenazando a la URSS. 

En marzo de 2022, un mes después de iniciada la Operación rusa, Turquía sirvió de mediador para nuevos acuerdos que estuvieron a punto de firmarse, pero Estados Unidos y Gran Bretaña los boicotearon. El primer ministro inglés, Boris Johnson, voló a Kiev expresamente para exigirle al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que resistiera, porque tenía el respaldo de Occidente. Así se puso al pueblo ucraniano de carne de cañón en una guerra provocada por la OTAN que amenazaba la existencia misma de Rusia, confrontación que ya lleva más de mil días y cientos de miles de muertos.¿Tendrá ahora fin la terrorífica película cuando Biden, a menos de dos meses de dejar el gobierno, ha decidido ampliarla a escala global?  

Importa saber hoy cuál fue el guión desde su inicio y quiénes los autores. El plan fue ideado desde principios del siglo XX cuando el imperio británico entraba en declive y el norteamericano acrecentaba su dominio en el mundo, y fue formulado en 1904 por el inglés Jhon Mackinder con la teoría del «área pivote», por medio de la cual se debía romper a la relación entre Europa del Este y Rusia para poder establecer el dominio británico en Europa. Se basaba en que el dominio de esta área concreta del mundo permitiría dominarlo. Caído el imperio británico, la posta fue recogida por Estados Unidos.

Con la derrota de la URSS y la hegemonía única de EU, en 1992 se impuso la Doctrina Wolfowitz durante el gobierno de Georg. W. Bush, , que apuntaba a evitar que volviera otra potencia a amenazar la hegemonía norteamericana, afirmaba el unilateralismo y adelantaba una política preventiva de intervencionismo unilateral para evitar cualquier desafío. Según Eduard Kennedy, la doctrina Wolfowitz era imperialista y no debía ser acogida por ninguna nación (Doctrina Wolfowitz, ver Wikipedia).     

El plan fue ratificado por el estratega militar Zbignew Brezinsky y después por el Secretario de Estado Henry Kissinger, en 1994, el mismo año en que el Pentágono decidió violar el compromiso de no expandir a la OTAN hacia el Este. Así lo expuso en “Ampliar la OTAN ahora” en el Washington Post: “Una Alianza Atlántica vital podría desempeñar un papel decisivo en la resolución de las crisis concomitantes (…) Sin [Norte]  América, Europa se convierte en una península en la punta de Eurasia [y] Sin Europa, Estados Unidos se convertirá en una isla frente a las costas de Eurasia. (…) Por eso Estados Unidos concluyó dos veces en este siglo que la dominación de Eurasia por una potencia hegemónica amenaza sus intereses vitales, y ha ido a la guerra para evitarlo.” (Washington Post, 1994).

Hoy son claras las intenciones de EU y la OTAN en el mismo sentido, el de preservar el unilateralismo, desintegrar a Eurasia y con ella a Rusia, especialmente cuando los países emergentes están abogando por un mundo multipolar integrado en el acuerdo económico de los BRICS. Está siendo amenazada la hegemonía económica del dólar y por eso Washington ha decidido escalar la guerra secundada por una servil Unión Europea. Estados Unidos se posiciona así como la potencia que amenaza la paz mundial.

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