El Sena, la improvisación como amenaza

Nov 15, 2024Educación, Especiales, Qué está pasando

Instructora del Centro de Biotecnología Industrial, Magister en Gestión del Agua, líder de semillero en investigación sobre biotecnología.
Tal como está ocurriendo con el nuevo sistema de salud en el magisterio, la improvisación reinante es el sello de los cambios hechos en el SENA por Jorge Eduardo Londoño, el director, con medidas que han puesto a media marcha el internet y creado el caos en procesos administrativos muy sensibles.

El SENA vuelve a estar en el ojo de la opinión pública a propósito de la improvisación reinante por el cambio de operador en el contrato de servicios tecnológicos, que pasan de la transnacional Telefónica a manos de Internexa, una sociedad de economía mixta del orden nacional con una participación pública del Estado superior al 50% a través de ISA, hoy parte del Grupo Ecopetrol.

Se cumplen 27 meses de la dirección de Jorge Eduardo Londoño en el Servicio Nacional de Aprendizaje, la institución más querida por los colombianos y una de las de mayor confianza en la función pública. Esta administración, que enarbola las banderas de “cambio” del presidente Petro, despertaba entre los trabajadores y la comunidad del SENA grandes expectativas para fortalecer una institución que lleva años resistiendo procesos de privatización interna con el marchitamiento y pérdida de calidad de la Formación Profesional Integral.

Sin embargo, los resultados han sido desmotivadores. Por la improvisación reinante, el caos administrativo sigue predominando en las “metas” de formación, mediocres en calidad y ajenas a la misión institucional, mientras se desmoronan los ambientes, talleres, laboratorios y aulas, sumidos en la obsolescencia por falta de equipos especializados y modernos, se retrasan procesos de adquisición de materiales de formación y se incumplen acuerdos colectivos. Aún la nación no define la deuda histórica con el SENA, pese a la promesa hecha por Gustavo Petro de pagarle los 3,5 billones de pesos que se le adeudan por la transferencia incompleta de recursos desde el nivel central entre 2013 y 2021 y por el incumplimiento de la garantía establecida en las leyes 1607 de 2012 y 1819 de 2016.

El propósito de entregar el contrato de servicios tecnológicos a una empresa nacional es saludable, como asimismo hacer contratación directa del personal relacionado, gestores, analistas y soporte y que las plataformas de uso institucional migren a una nube propia salvaguardando la información y los datos de diversos procesos institucionales. Se opacan las buenas intenciones por la improvisación reinante en el periodo Londoño, que suma un nuevo punto negativo.

Como no se previó la transición al pasar la prestación de servicios tecnológicos de una empresa a la otra, se interrumpió el acceso a internet y a todas las plataformas institucionales, lo que tiene a media marcha a la institución. Según la oficina de sistemas, el SENA sólo cuenta con el 2% de equipos de interconexión para el suministro del Internet o switches, no contemplados por Internexa, el nuevo operador. La improvisación reinante es tal, que no se tomó ninguna medida a sabiendas, desde inicios del 2024, de que el contrato con Telefónica finalizaba el 27 de octubre de este año.

La situación ha desatado el caos en procesos administrativos sensibles como el acceso a la plataforma ONBASE, donde se registran desde una sencilla solicitud hasta la apropiación presupuestal de los ordenadores del gasto. A la fecha no se conoce a ciencia cierta si en el 2024 se logrará superar dicha dificultad, con procesos de compras en marcha, entre éstos los equipos que el SENA necesita para la conectividad, contrataciones incompletas y matrículas de aprendices para el primer trimestre de 2025, entre otros.

En la cadena de improvisación reinante, no hay a la fecha claridad sobre la estrategia institucional SENNOVA o Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del SENA. No se sabe si es una prioridad para la administración Londoño-Petro, pues hasta hoy, 15 de noviembre, no se había publicado la convocatoria anual, cuando debió hacerse al final del primer semestre. Con ello, se sigue enterrando un sistema que suministra recursos financieros para el desarrollo y aplicación de proyectos de investigación desarrollados por instructores y personal de alta cualificación vinculado a laboratorios de servicios tecnológicos. De SENNOVA depende una red de Tecnoparques en todo el país que materializa proyectos de desarrollo tecnológico, como prototipos y productos.

En resumen, la improvisación reinante de una administración que desconoce la misión institucional tiene postrado al SENA. El gobierno la sigue desfinanciando y, como en gobiernos anteriores, se limita a usarla de validadora de “apuestas” lejanas al verdadero desarrollo nacional. Todo se diluye en discursos retóricos.