El pueblo ruso salvó a Europa del nazismo y hoy Europa alienta otra guerra

May 19, 2025Pasa en el mundo

Arquitecto y Magister en historia y teoría de la arquitectura.
Rusia venció al nazismo con el mayor sacrificio humano, pero hoy Europa ignora la historia y alienta una guerra que solo debilita al Continente.

Mientras Rusia núcleo de la anterior Unión Soviética conmemora la derrota del nazismo, Europa se distancia de su propia historia y promueve un conflicto que amenaza con una conflagración mundial.

 El 9 de mayo se celebró en Moscú el ochenta aniversario del Día de la Victoria, que conmemoró la derrota de la Alemania nazi, país agresor en la Segunda Guerra Mundial. La que ganó realmente la guerra fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, pero ni Inglaterra ni la gran mayoría de países europeos asistieron a la celebración, porque están empeñados en rearmarse para continuar la guerra en Ucrania, ante el posible retiro de Estados Unidos.   

Día de la Victoria y Gran Guerra patriótica rusa 

El 9 de mayo de 1945 fue el Día de la Victoria, cuando el ejército de la URSS cercó a Berlín después de más de cinco años de agresiones de Alemania a los países de Europa. Hacía cuatro años había sido invadida la Unión Soviética, por lo que también la fecha marca el final de la Gran Guerra Patriótica en la que el pueblo soviético y el ejército se enfrentaron a las fuerzas invasoras.

La URSS ganó la guerra, pese a la narrativa de Hollywood

 La agresión nazi contra la Unión Soviética hacía parte de la estrategia comandada por Hitler de dominar a toda Europa. Se había anexionado a Austria, parte de Checoslovaquia, invadido Polonia y se expandía hacia Europa del Este. Por el oeste había invadido a Francia y acosaba a Inglaterra.

 La invasión a la Unión Soviética comenzó en 1941 y llegó hasta Moscú y Leningrado, hoy San Petersburgo, donde gracias a la resistencia del pueblo ruso comenzaron los ejércitos alemanes a retroceder perder terreno, ver desintegrados sus frentes y finalmente a huir para tratar de refugiarse en Berlín, donde estaba Hitler, quien acabó, suicidándose. Alemania, rendida, perdió la guerra a manos del Ejército Rojo.

 La actitud decidida del pueblo ruso logró inclinar la balanza del lado de los aliados, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, que habían tenido que enfrentar la agresión de los países del Eje, Alemania, Italia y Japón. Y esa actitud valerosa y unánime de un pueblo invadido contrastó con la inconsistencia de Francia, que colaboró a través del gobierno nazi de Vichy y con la complacencia de Gran Bretaña y Estados Unidos frente a la expansión de Alemania hacia el Este y contra Rusia. 

Sobre Rusia y la Unión Soviética cayó entonces la mayor responsabilidad en la Segunda Guerra Mundial. Fue el país que indiscutiblemente la ganó, sacrificando a más de 26 millones de personas, entre soldados y civiles. El desembarco de Estados Unidos en Normandía, que Hollywood ha mostrado como el gran aporte decisivo para ganar la guerra, se produjo cuando ya las fuerzas rusas avanzaban hacia Berlín, el 6 de junio de 1944, y sólo se concretó para liberar a Francia e impedir que Rusia apareciera como vencedora.

Hoy Europa ignora la historia y alienta la guerra

 En vísperas de la conmemoración del Día de la Victoria en Moscú, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, dijo que cualquier participación de socios o aspirantes a la Unión en las celebraciones del 9 de mayo en Moscú “no será tomada a la ligera por parte europea”. Y después, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, amenazó a los mandatarios mundiales que visitaran Moscú para las celebraciones del Día de la Victoria.

 Así, entre advertencias y amenazas terroristas, Rusia conmemoró el ochenta aniversario de la victoria contra el nazismo, en el que participaron más de veinte mandatarios que representan las dos terceras partes de la población mundial, entre los que se destacó el líder chino, Xi Jinping, y en el que desfilaron miles de tropas de varias naciones. La ausencia de países occidentales, especialmente de Europa, el Continente que más sufrió la agresión nazi, es solo entendible por la enconada contradicción entre los que están por continuar la guerra en Ucrania y quienes aspiran a una paz negociada y duradera.

 Por la Unión Europea solo participó el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, opuesto a enviar armas a Ucrania y siempre consciente de que la guerra y las sanciones contra Rusia solo le han causado desastres a Europa y a Eslovaquia en particular. Por eso se lo ha calificado de “pro ruso”, adoptando la narrativa de Occidente de que quien esté por la neutralidad es un aliado de Rusia.

 La narrativa rusofóbica se impone sobre la realidad histórica. La celebración del Día de la Victoria se rechaza en pro de continuar una guerra que ignora que la paz duradera se consigue cuando hay verdadera seguridad colectiva. La intención de los mandatarios europeos es llevar la guerra hasta que caiga el último ucraniano, olvidando que la historia es un referente para un devenir próspero y seguro.   

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