El empeño del gobierno de Gustavo Petro en no firmar nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo y gas ha deteriorado la situación de Ecopetrol, a pesar de la importancia y contribución de esta empresa al desarrollo económico del país. Las implicaciones para la autosuficiencia petrolera son graves, porque marchita y debilita a Ecopetrol, la principal empresa estatal, y va en detrimento de las finanzas de la nación. El despropósito es embellecido con el infundio de que tenemos que contribuir a la reducción del daño ambiental del planeta.
Sin embargo, en el mundo, son diez países los responsables de cerca del 60% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero: China, Estados Unidos, India y Rusia encabezan la lista, según datos de Climate Watch. Estados Unidos emite el 13% del CO2 del total mundial, mientras que Colombia apenas genera el 0,5%.
La situación de escasez del gas natural, de mal en peor
Este combustible, utilizado por millones de hogares y empresas en Colombia, es clave para la seguridad energética del país y, hasta el momento, constituye una fuente barata de energía en Colombia.
La Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) ha advertido sobre la posibilidad de un desabastecimiento en el mediano y largo plazo. Actualmente el país enfrenta un déficit de gas natural del 12% de la demanda, que llegaría al 25% el siguiente año.
A pesar de la apremiante situación, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, decidió suspender el trámite de la licencia ambiental para perforar el pozo Komodo 1 en aguas ultra profundas. La orden, impartida por la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, pone en riesgo la mejora de las reservas y la producción de gas natural.
Un pronóstico sombrío: la importación de gas
En su informe de gestión realizado a mediados del año el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, reconoció que a pesar de haber sostenido durante meses que se importaría gas desde Venezuela, esto era imposible por razones técnicas y económicas. No obstante, Mauricio Palma, subdirector de Hidrocarburos de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), informó que el gobierno insistirá en una nueva convocatoria para construir una planta de regasificación del Pacífico en Colombia. Esto abre las puertas a la importación de gas de EE. UU., o de otro país, por el puerto de Buenaventura, y cierra la iniciativa para buscar más gas y petróleo en Colombia.
El profesor Sergio Cabrales, docente de la Universidad de los Andes, ha calculado que de llegarse a la situación de importar gas natural, en Bogotá, una ciudad con más de ocho millones de habitantes, las tarifas podrían aumentar casi un 150%, lo que significa que una factura mensual promedio de $50.000 podría subir hasta aproximadamente $123.000.
La cancelación del proyecto Crownrock agudiza la crisis en Ecopetrol
En la asamblea general de Ecopetrol celebrada el 22 de marzo de este año, surgieron enfrentamientos que obligaron a varias renuncias en la empresa. Los accionistas minoritarios criticaron las irregularidades en el cambio del objeto social, la conformación de la junta directiva y el funcionamiento de la asamblea.
Además, en la Junta Directiva de ese momento hubo diferencias sobre un informe de la firma Control Risk, informe encargado por el Comité de Auditoría y Riesgo. El documento advertía sobre los riesgos reputacionales derivados de los negocios de personajes allegados al presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, y sobre la financiación irregular de la campaña presidencial de Gustavo Petro, de la que Roa fue gerente.
Para entonces, la acción de Ecopetrol había caído un 9,6% en 2024 y bajado de $3.000 a $2.115 desde junio de 2022. A pesar de las críticas, el gobierno, prevaliéndose del control mayoritario, aprobó rápidamente la nueva Junta, el cambio del objeto social y desestimó el informe de la consultora.
La reciente decisión de cancelar el proyecto Crownrock, en Estados Unidos, con la Occidental Petroleum Company, provocó la renuncia de dos miembros de la junta, quienes consideraban que el proyecto beneficiaría tanto las finanzas de la empresa, como la producción de petróleo. La intervención directa del presidente Gustavo Petro en esta decisión, al expresar su oposición al fracking y a la inversión en el extranjero es, a juicio de muchos, un disparate del gobierno corporativo de Ecopetrol. Los hechos lo confirman, esta orientación ha puesto en riesgo el prestigio y el valor de la empresa en los mercados internacionales, que ya acumula una reducción del 24,2% en las utilidades durante el primer semestre de 2024.
Conocedora de esta situación la Unión Sindical Obrera, el sindicato de Ecopetrol, ha pedido reactivar la exploración petrolera, pues el negocio tradicional genera el 58% del EBITDA, que es un indicador de la rentabilidad de una empresa, y ha puntualizado que sin estos recursos la empresa no tendría la capacidad de financiar al Estado, como lo hace actualmente. Es una lección de la defensa de la soberanía en materia de energía que hace una organización obrera pero que el presidente Petro ni la entiende, ni la escucha. No está en sus planes.