Gustavo Petro engañó a los jóvenes colombianos, les prometió educación gratuita, empleo y oportunidades, pero tras dos años de gobierno, la realidad es otra. Universidades en crisis, desempleo juvenil en aumento y pocas oportunidades han generado desilusión en quienes confiaron en su discurso de cambio.
En el Consejo de ministros transmitido públicamente, el presidente Gustavo Petro reconoció personalmente que, de 195 compromisos con el pueblo, en casi tres años de ejercicio solo se cumplieron 49, con un porcentaje de cumplimiento del 25 %. Un estudio de la revista Semana indica que los compromisos del presidente Petro, incluidos los de la campaña electoral, fueron 214, de los cuales solo ha cumplido 27, es decir, un 12,6 %. Dentro de esos engaños de Petro hay muchos que son “imperdonables”, pero dos tienen efectos devastadores para el país. El primero es el engaño de la lucha contra la corrupción, teniendo hoy un “Gobierno del Cambio” metido en un lodazal, con buena parte de sus altos funcionarios enredados en los estrados judiciales, con grandes sumas de dinero “embolatadas”, mientras no hay recursos para salud, educación, servicios públicos, etc.
Aquí viene el segundo gran engaño: La forma descarada y cínica como le mintió a los jóvenes que creyeron en él. Hoy Petro, con todo el Poder del Estado, le echa la culpa a la Corte Constitucional de él haberse arrodillado ante el FMI, el BM y la OCDE, mientras les cumple la promesa de suprimir los subsidios a la tasa de interés de los créditos del ICETEX, cuando a contrario sensu les prometió a esos jóvenes condonarles toda la deuda que tenían con ese Instituto. La Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior –ACREES– manifestó que Petro les ha incumplido 18 de los 19 compromisos con los distintos actores del sistema mixto de educación superior. Y no es cierto que la Corte haya orientado eliminar los subsidios. Ese argumento hace parte de ser “un gran maestro del engaño”.
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El 25 de noviembre de 2024, un comunicado de la Casa de Nariño titula: “ICETEX pasaría de ser entidad financiera de carácter especial a banco de primer nivel: MinEducación”. Se refiere a las declaraciones del nuevo ministro de Educación, Daniel Rojas, en una rueda de prensa: “…Lo ideal es que…, dentro de sus estrategias pueda diversificar la captación con ahorros del público, inversiones de la empresa privada, gestión de nómina u otros servicios bancarios, que permitan poner créditos para que los que así lo decidan puedan costear sus estudios por esta vía o financiar como graduados la creación de nuevas empresas o emprendimientos”. Está muy claro que la decisión política del Gobierno Petro es eliminar los subsidios, por una exigencia del FMI, el BM y la OCDE, mismo camino por el que Andrés Pastrana liquidó la Caja Agraria.
Continuó Rojas: “Estamos transformando el ICETEX para que sea más amigable con los estudiantes, reduciendo tasas de interés y ampliando opciones como condonaciones. El acceso a la educación debe ser un derecho, no una carga financiera”. Y calificó como irresponsables los rumores sobre un supuesto ‘marchitamiento’ del ICETEX: “La entidad no está en quiebra ni en proceso de liquidación”. Es otra de las mentiras con las cuales transformarán el ICETEX en otro banco comercial más, que con el tiempo pasará al sector privado. A los estudiantes les queda el camino de siempre, el abierto por los grandes movimientos por la reivindicación de la educación pública, gratuita, universal y científica, pues mientras exista el modelo neoliberal –y eso es también Petro–, la educación seguirá rumbo a convertirse en el gran negocio. Ojalá esto sirva para despertar también a las mayorías petristas de FECODE, que tienen adormilado al Magisterio. ¡Despierten, estudiantes!