En el Consejo de ministros televisado el 15 de julio, Gustavo Petro lanzó expresiones que desataron indignación. Dijo: “A mí nadie que sea negro me dice…”, al criticar a su ministro de Igualdad, y tildó de “muñecas de la mafia” a periodistas en 2024. Organizaciones sociales lo acusan de racismo y misoginia.
El presidente Gustavo Petro “se salió de sus chiros”, yéndose “lanza en ristre” en contra de sus ministros, es decir, sus escuderos. El candidato al Senado Jorge Enrique Robledo escribió en X: “No se sabe qué fue lo peor del Consejo de Ministros de anoche: Si @petrogustavo maltratando a sus ministros o sus ministros dejándose maltratar. Tal para cual. Qué indignidad. Antes, Colombia no está peor”. Robledo conoce muy bien al presidente Petro, pues le hizo campaña electoral en varias ocasiones, pero sus contradicciones políticas, económicas y sociales –no personales, aclaró Robledo–, conllevaron a no volverlo a respaldar. Las expresiones del presidente Petro en contra de sus ministros y su salida de tono en relación con la comunidad negra tuvieron como consecuencia que hoy los colombianos se pregunten si el presidente es racista y misógino.
Refiriéndose al ministro de Igualdad y Equidad, Carlos Rosero, quien escuchó impávido, le dijo: “Y hablando de igualdad, ministro de la Igualdad, lo que hay es una pelea interna en el Ministerio de la Igualdad. Usted me está echando los funcionarios que en Bogotá Humana demostraron, a riesgo, por qué tuvieron que exiliarse y prostituirse en París”, refiriéndose a los nombramientos de los actores de pornografía Juan Carlos Florián y Alejandra Umaña, conocida como Amaranta Hank. El presidente Petro defendió la inclusión de la actriz Amaranta Hank en el Ministerio de Igualdad y criticó la discriminación hacia actores porno. A renglón seguido, soltó una expresión que enmudeció a toda Colombia: “A mí nadie que sea negro me dice que hay que excluir a un actor porno que creó un sindicato de trabajadores sexuales en París”, dijo.
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“A mí nadie que sea negro me dice…”, es la frase que retumba en la conciencia de los colombianos. Los defensores del presidente tratan de dar explicaciones y contextualizarla con una lucha burocrática entre él y la vicepresidenta, Francia Márquez, contra quien el presidente soltó su furia: “La señora vicepresidente me dice que se va y renuncia si yo pongo a Juan Carlos Florián y a la señora Amaranta Hank en el Ministerio y eso no es igualdad. Los funcionarios de Francia siguen en el Ministerio y siguen sin ejecutar”, dijo. Lucha burocrática que no justifica la expresión peyorativa en contra de los negros. El Proceso de Comunidades Negras dijo: “Nos preocupa profundamente que el presidente, en un intento de defender la inclusión de sectores históricamente marginados como los/as trabajadoras sexuales y modelos webcam, termine reafirmando una narrativa racista…, en referencia a su ministro, un hombre negro que dirige el Ministerio de la Igualdad”. Y el candidato al Senado Jorge Robledo escribió: “El presidente Gustavo Petro está en mora de pedirle excusas a la comunidad negra de Colombia, por la inaceptable agresión de la que la hizo víctima”.
Excusas que no han venido, ni vendrán. Lo mismo sucedió con las mujeres periodistas a quienes el 30 de agosto de 2024, en la posesión de la defensora del pueblo, Iris Marín, el presidente Gustavo Petro les dijo que “las periodistas del poder, las ‘muñecas de la mafia’, construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar y a decir basta”. Para ellas tampoco hubo disculpas, lo que reafirma la pregunta ¿Será que el presidente Petro es misógino y racista?