El presidente Petro ordenó acabar con el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio, FOMAG , y el Régimen Especial de Salud de los docentes y pensionados
En el consejo de ministros del pasado 15 de septiembre, convocado para tratar el problema de la salud del Magisterio colombiano, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, le expidió el acta de defunción al Fondo de Prestaciones del Magisterio, FOMAG.
En sus intervenciones, el presidente planteó que la directriz dada fue la de implementar en el FOMAG su reforma a la salud, la misma presentada al Congreso y que cursa su trámite en el Senado de la República. Desconociendo que su nuevo modelo para el Magisterio ha fracasado en prestar atención oportuna y de calidad a maestros y maestras, afirmó que: “los problemas que surgen en el FOMAG es porque no se está haciendo la reforma del gobierno”. Esto, en medio de la vergonzante exposición que sobre el tema de la salud del Magisterio hizo el vicepresidente de la Fiduprevisora, fiduciaria del FOMAG, Aldo Cadena, a quien el presidente, en varias ocasiones, retó, de manera desobligante, a que dijera si no podía con la tarea encomendada.
El presidente Petro afirmó explícitamente que no estaba de acuerdo con los regímenes especiales de salud, como lo es el del Magisterio. Expresó que el FOMAG debería estar adscrito al Ministerio de Salud, lo que implica su interés en que los recursos del Magisterio para la salud de los maestros y sus familias se manejen directamente desde el Ejecutivo, insistiendo en que “la primera red (de atención) que tiene a su alcance la maestra y el maestro se llama red pública”. Razón por la cual fustigó a Aldo Cadena por estar afiliando a los maestros a IPS y hospitales privados como puerta de entrada al sistema de salud.
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Petro fue enfático en afirmar que su modelo de salud para el Magisterio se basa en que “el Ministerio de Salud articule la atención preventiva de los maestros y maestras con el de todos los alumnos en el colegio, que suman 10 millones de alumnos”. Esta posición representa un total rechazo a lo que, bajo su propio modelo de salud, se ha implementado desde cuando se expidió, a través del Consejo Directivo del FOMAG, el Acuerdo 003. Lo expresado hasta aquí se puede comprobar viendo el video del consejo de ministros.
El Fondo de Prestaciones del Magisterio fue una histórica conquista del Magisterio, plasmada en la Ley 91 de 1989, luego de valerosas y duras batallas dadas por nuestro gremio bajo la dirección de Fecode, masivas movilizaciones, grandes paros nacionales, muchos sacrificios de docentes suspendidos y destituidos, y la lucha por tener una entidad que resolviera plenamente los derechos de la pensión, las cesantías y la salud.
Hasta ese entonces, esas prestaciones estaban bajo el control de departamentos, municipios y una pequeña parte en la Nación, con una prestación altamente deficiente, por no decir nula. El FOMAG fue la concreción de una entidad que cobijara a todo el Magisterio estatal con un régimen de pensiones y salud de carácter especial, con financiación directa de la Nación y con un consejo directivo en el cual participara Fecode con dos miembros y tres del Gobierno.
La Ley 91 definió al FOMAG como la instancia que resuelve todo lo concerniente a estos derechos y prestaciones. Es de resaltar que la Ley 91 definió el FOMAG como una cuenta especial de la Nación, adscrita al Ministerio de Educación Nacional – MEN –, y que los dineros del FOMAG los administrara una fiduciaria de carácter estatal, con más del 90 % de propiedad del Estado: la Fiduprevisora.
La Ley 91 también definió que la contratación de los servicios de salud se haría bajo la Ley 80 de 1993 de contratación pública, con licitación pública, pliegos de condiciones y selección objetiva, todo con el fin de vigilar el cumplimiento, la vigilancia y la transparencia de los contratos con los prestadores de salud del Magisterio. La Fiduprevisora contaba con la facultad de sancionar hasta con la terminación del contrato por incumplimiento de las cláusulas acordadas.
De esta manera, quedó asegurado que tanto la administración como el manejo del dinero se harían bajo la responsabilidad financiera de la fiduciaria y sin tener que crear una infraestructura física ni administrativa, libre de burocracia y clientelismo. En más de 30 años de funcionamiento, ese mecanismo mostró su efectividad en el reconocimiento y pago de las cesantías, pensiones y la atención de la salud del Magisterio y sus familias.
A partir del 1.º de mayo del año pasado, por orden expresa del presidente Gustavo Petro y con el visto bueno de la mayoría del Comité Ejecutivo de Fecode, se impuso el nuevo modelo de salud, y con él se cambió la política de contratación de los prestadores. La misma que el presidente de la República criticó a su vicepresidente de la Fiduprevisora.
Durante los más de 16 meses de ejecución del “nuevo modelo” del presidente Petro, los resultados desastrosos de la atención en salud para los afiliados al FOMAG saltan a la vista, sin que se haya hecho nada efectivo por mejorarlos.
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En lugar de adoptar medidas que solucionen la crisis, el objetivo primordial de Petro, tal como lo planteó en el pasado consejo de ministros, es acabar con el régimen de salud exceptuado de la Ley 100, el cual cuenta con beneficios muy superiores a los del sistema de salud con EPS. Al acabar con el FOMAG, el Gobierno de paso le mete mano a las pensiones y cesantías de maestros y maestras, proponiendo pasarlas a Colpensiones y al Fondo Nacional del Ahorro.
El llamado al Magisterio colombiano y a los pensionados del FOMAG es a cerrar filas para defender una de las principales conquistas de nuestro gremio. Los hechos son contundentes: el pésimo servicio de salud, la demora de hasta dos años para reconocer el derecho de pensión y reliquidación de las mismas, el retiro de cesantías demorado como nunca se había visto, en fin, el saqueo de los recursos del FOMAG. Así lo demuestran los informes financieros dados en el consejo directivo del fondo y en el consejo de ministros.
En ese sentido, la gran movilización por la salud y la vida que realizó el Magisterio de los departamentos del Eje Cafetero en días pasados es un ejemplo a seguir.
El Comité Ejecutivo de Fecode tiene la obligación de asumir una postura coherente con el legado histórico del gremio docente ante la embestida del Gobierno contra los derechos de la salud, pensiones y cesantías. La tarea principal hoy es defender el FOMAG. No es hora de arrodillarse ante el capricho, la tozudez y la equivocación del presidente. Es hora de ejercer la autonomía y la independencia frente al Gobierno, que es nuestro patrón. Es el deber del momento.